La ejecución
de cinco proyectos hidroeléctricos en el río Marañón provocaría daños diversos
y pérdidas económicas múltiples. No solo se afectaría la biodiversidad
amazónica, sino que también se perderían económicamente actividades como la
agricultura y la pesca. Además, se agravaría la emisión de gases de efecto
invernadero que provocan el calentamiento global.
Así lo
fundamenta un estudio realizado por Conservación Estratégica (CSF) y el Centro de Ornitología y
Biodiversidad (CORBIDI), presentado
la semana pasada en Lima.
El estudio
se refiere a las centrales hidroeléctricas Río Grande,
Chadín 2, Veracruz, Rentema y Manseriche, que durante el
gobierno de Alan García, junto con otras quince, fueron declaradas de interés
nacional, mediante el Decreto Supremo del Ministerio de Energías y Minas N° 020 – 2011.
Entre las
afectaciones identificadas en el trabajo destacan los factores ambientales y
sus implicancias económicas sobre la alteración hidrológica, las pérdidas
agrícolas, el impacto en las rutas de los peces, el transporte de sedimentos y
la emisión de gases de efecto invernadero.
La elección
de estos hidroproyectos se basó en el impacto que tendrían al ser ejecutados.
“Para este estudio, fueron escogidos cinco proyectos hidroeléctricos. Estos
representan el mayor riesgo para la cuenca Amazónica”, puntualizó José Rubio,
analista de CSF, durante la presentación de la investigación.
Agricultura
La agricultura
que sería afectada abarca 20 distritos en las regiones de La Libertad,
Cajamarca y Amazonas, siendo este último el departamento más perjudicado.
La pérdida total
por agricultura desplazada equivale a 4,895 millones de soles aproximadamente.
El daño mayor provendría del reservorio del proyecto Río Grande, ubicado en la
cuenca media – baja del río Marañón.
“Esto debido a
que su área de embalse es 60 por ciento más grande que las de los otros
proyectos evaluados y a que la actividad agrícola en esa área es más intensa en
comparación a las superficies de los otros embalses”, se sustenta en el
análisis.
Para los
poblados de esta parte de la cuenca del río, la agricultura representa la
principal actividad económica. No existe producción agrícola industrializada, y
la mayoría está destinada al autoconsumo o al comercio menor en mercados y
ferias cercanas.
Pesca
El estudio
indica que la construcción de obras hidráulicas implica la eliminación de la
totalidad del tramo fluvial ubicado aguas arriba de cada una de estas
estructuras para la migración de peces.
Como
resultado, se obtuvo un costo equivalente a 353,1 millones de soles,
que representa a las pérdidas de renta proveniente de pesca ante la
interrupción de la migración de peces en el tramo de la cuenca baja del
Marañón, aguas arriba de la central hidroeléctrica de Manseriche.
En la cuenca
baja del río se ubican los territorios indígenas de los awajún y wampis. Para
estas comunidades, la pesca es una de las principales actividades para su
subsistencia. El boquichico y la doncella son algunas especies ricas en la
zona.
“En la parte
baja se presenta tres proyectos (Manseriche, Rentema y Escurrebraga). Esta zona
tiene bosques amazónicos, donde se ubican los pueblos Awajún y Wampis. Estos
tienen la pesca como segunda actividad de seguridad alimentaria”, enfatizó
Annie Escobedo, bióloga de CSF.
Transporte de sólidos suspendidos
El análisis
advierte que la retención de sedimentos modifica la hidráulica del río y afecta
los procesos naturales que dependen de la disponibilidad y calidad de los
nutrientes transportados por el río.
Por otro
lado, señala que las comunidades pueden verse afectadas a través del
empobrecimiento de suelos de valle destinados a la agricultura.
La pérdida
de beneficios ante la reducción del rendimiento en las zonas inundables
agrícolas de la llanura (aguas abajo de la central hidroeléctrica de
Manseriche) asciende a 6, 7 millones de soles.
Emisiones de gases de efecto
invernadero (CO2e)
Las cifras
presentadas hasta ahora son consideraciones conservadoras. Es decir, para el
estudio se empleó la subestimación de los impactos sociales y ambientales.
En el caso
de las emisiones de gases de efecto invernadero, estas pérdidas equivalen a 418 millones de soles,
expresados a precio de mercado.
“Las
materias orgánicas de los embalses se descomponen y emiten dióxido de carbono y
metano. Los proyectos más nocivos para el ambiente serían los que se encuentran
en la parte baja del río (Rentema y Manseriche)”, resaltó José Rubio.
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