Escribe
Jaime Antezana Rivera.- La
prisión preventiva de 18 meses para Ollanta Humala y Nadine Heredia se ha
convertido en el centro gravedad de la política nacional. Desde la solicitud
fiscal de la misma al Poder Judicial, cambió el panorama político en el que se
movía el país. Son cuatro días, del 11 de julio hasta hoy, que ha concentrado
la atención de los medios de comunicación y de la opinión pública nacional. Y
lo seguirá siendo por varios días más.
Teniendo como telón de fondo una larga
evaluación judicial del pedido de prisión preventiva para la ex pareja
presidencial, el escenario estuvo matizado por los vídeos de Kenji Fujimori y
su “ajusticiamiento” por el comité de disciplina de Fuerza Popular, las
inusitadas explosiones de galones de gas y, el día de hoy, la explosión de una
granada por la Udex y la desactivación de otras dos.
En suma, se configuro un cuadro excepcional con
elementos excéntricos y espectaculares que modifico de “golpe” el paisaje
político del país pre solicitud fiscal de prisión preventiva para Humala y
Heredia. Un cuadro que hizo “olvidar” y cancelo el escenario político que
domino, con un breve intervalo del Niño costero, desde agosto de 2016 hasta el
martes 11 de julio. Y el surgimiento, aun brumoso, de un nuevo escenario
político.
¿Que factores políticos provocaron el “olvido”
y cancelación del escenario político en el que se movía el país hasta hace
cuatro días? Eso es necesario examinar o intentar una explicación. En efecto,
hasta antes del mediodía del martes 11 de julio, cuando el fiscal Germán Juárez
presento al Poder Judicial la solicitud de prisión preventiva para Humala y
Heredia, nada hacía presagiar que esta ocurriría.
El análisis no versa per se sobre prisión
preventiva de 18 meses que ha recibido Humala y Heredia, sino que es lo que lo
habría provocado. El punto de partida es que los elementos de convicción que
contenían la solicitud de prisión para la ex pareja presidencial estaban en
manos del fiscal hace buen tiempo. O sea, que Humala y Heredia debieron estar
en prisión desde que tuvieron los elementos de convicción.
Incluso, haciendo memoria, el presidente del
Poder Judicial dijo que no se podía aplicar la prisión preventiva para Ollanta
ni Nadine. Es decir, parecían tener la protección del jefe del Poder Judicial.
Parecía que los elementos de convicción dados por Jorge Barata y Marcelo
Odebrecht no servían para que sean enviado donde debían estar: en prisión. Así
fue creciendo la percepción de impunidad.
Ahora bien, ¿porque hace cuatro días si, y no
antes, el fiscal formulo la solicitud y la audiencia judicial dio la orden de
prisión preventiva contra Humala y Heredia? De lo que se sabe, no ha surgido un
nuevo elemento de convicción para que el fiscal solicite la prisión preventiva
para ambos. Los elementos de convicción (35 para Nadine) y 23 (para Humala) ya
estaban. No había el riesgo de fuga del país. Eso es lo que suscita legitimas
sospechas.
Un intento de respuesta está en encontrar la
conexión entre la solicitud de prisión preventiva presentada al Poder Judicial
y la realización, cuatro horas después, del dialogo entre el presidente PPK y
Keiko Fujimori. Para que no quede duda que este pedido fiscal se produjo horas
antes de dicho dialogo en palacio de gobierno, está el twitter del Ministerio
Público:
Ministerio
Público
Muy claro: a la 1.14 pm, el Ministerio Público
confirmo el pedido de prisión preventiva y la hora de la audiencia que
evaluaría y decidiría el mismo. ¿Porque es necesario resaltar que pocas horas
antes del dialogo entre PPK y Keiko se presentó la solicitud de prisión
preventiva del fiscal Juárez para Humala y Heredia? Parece existir una conexión
entre la realización del dialogo y la colocación del pedido de prisión para el
matrimonio Humala-Heredia.
Esto nos lleva a otra pregunta: ¿Es la
solicitud fiscal de prisión preventiva para Humala y Heredia realmente producto
de los elementos de convicción o es producto de algún acuerdo preliminar al
dialogo entre PPK y Keiko? Diversos elementos parecen indicar lo segundo. Por
un lado, por el impacto que tendría que Humala y Heredia vayan a prisión, por
más preventiva que esta sea.
Así es: desde la solicitud fiscal hasta la
orden de prisión preventiva por el juez Concepción Carhuancho, la política se
“ollantizo” y “nadinizo”. Ver a un ex presidente y su esposa esposados siendo
llevados a penales no solo es un hecho inusual, sino que concita el interés
general. Un caso similar fue cuando Alberto Fujimori fue condenado a 25 años de
prisión por corrupción y violación de los derechos humanos.
Ese hecho cambia cualquier coyuntura. El cambio
ocurrió inmediatamente se conoció dicha solicitud. El resultado: hoy, todo gira
alrededor de la ejecución de la orden de prisión preventiva de 18 meses para la
ex pareja presidencial. La política doméstica nacional se concentró en saber
si, después de Alejandro Toledo, un segundo ex presidente tendría -esta vez si-
a prisión preventiva efectiva junto a su esposa.
La sospecha de la conexión entre el pedido de
prisión preventiva y el dialogo PPK-Keiko es mayor por el abrupto viraje del
escenario oficial de la política nacional. Al punto que restó importancia al
dialogo PPK-Keiko e hizo “olvidar” y puso fin a la exacerbada ofensiva del
fujimorismo contra el gobierno de PPK. Hemos pasado rápidamente del escenario
de confrontación entre PPK-Keiko al escenario de la prisión preventiva a la
pareja Ollanta-Nadine.
De pronto, desde el pedido hasta la orden de
prisión preventiva, nos hemos olvidado de los ministros que renunciaron por el
“efecto” de los audios con Edgar Alarcón y de la posibilidad de que el primer
ministro Fernando Zavala se vea obligado a renunciar ante la posibilidad de una
censura fujimorista. La “cumbre” PPK-Keiko se convirtió en una noticia
irrelevante. El indulto o “perdón medico” a Alberto Fujimori se pospuso para
fines de año.
Igualmente, hizo “olvidar” el presunto
financiamiento de Odebrecht a la campaña de Keiko Fujimori y el APRA el 2011.
También de la libertad de Félix Moreno, Wilfredo Oscorima e Yván Vásquez. La
política oficial está concentrada en el traslado de Humala y Heredia a los
penales. En sus semblantes; en lo que dice el padre de Ollanta; en los movimientos
de los familiares de la pareja.
A eso ha quedado reducido la política matizado
por el show de Kenji, hombre fuerte de los negocios del clan Fujimori. La misma
suerte han corrido protestas sectoriales: el paro indefinido de los profesores,
la marcha de “sacrificio” de los cocaleros, etc. Todo ello en una escenografía
de extrañas explosiones de galones de gas y, en las últimas horas, la aparición
de granadas cerca a colegios.
En suma, el pedido y la orden de prisión
preventiva, ha sido la “varita mágica” que hizo olvidar y poner fin a la
confrontación entre el fujimorismo y el débil gobierno de PPK que marcaba la
política nacional hasta el día que Keiko solicito, con carta pública, el
dialogo al presidente PPK. El propio “dialogo” se ha convertido en área gris.
Nadie sabe los acuerdos. Solo que los fujimoristas piden la renovación del
gabinete.
¿Como se explica que hoy estemos entretenidos
en la prisión preventiva de Ollanta y Nadine, los vídeos de Kenji o su portátil
que lo apoya contra el proceso interno que tiene dentro de Fuerza Popular? Es
posible sospechar, para quienes no existen casualidades, que el pedido fiscal
de prisión preventiva para ex pareja presidencial sea parte de una movida
PPK-Keiko. Sea un pacto entre PPK y el fujimorismo.
Por diferencias de horas, entre el inicio del
“diálogo” entre PPK y keiko y el pedido de prisión, hoy en plena concreción,
esa decisión parece ser el primer acto de una alianza PpkKeiko. Es eso lo que
parece haber cuajado en el dialogo y los demás días de la prisión preventiva de
Humala y Heredia.
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