Seis
agricultores [presuntamente- no confirmado] del pueblo Shipibo fueron
acribillados el pasado 01 de septiembre en el distrito de Nueva Requena en
Pucallpa.
Según
informaron fuentes locales al Vigilante Amazónico, los agricultores habrían
sido asesinados por haberse resistido a dejar sus tierras en manos de
inversionistas que vienen expandiendo el monocultivo dentro del Bosque de
Producción Permanente (BPP), según informaron fuentes reservadas de Santa Clara
de Uchunya.
Intereses
empresariales que promueven la siembra intensiva de arroz y cacao en el caserío
Bajo Rayal, que ocupaban los agricultores asesinados, habrían estado detrás de
este atentado.
Fuentes locales
responsabilizan a la Dirección Regional de Agricultura y al Gobierno Regional
de Ucayali por la demora en la demarcación territorial solicitada por las
comunidades indígenas afectadas por el monocultivo, que como se sabe sacrifica
enormes extensiones y cuantiosos recursos genéticos presentes en los bosques
primarios. Una realidad contra la que lucharon los hoy mártires de Requena.
Desde el
Vigilante Amazónico lamentamos este fatídico desenlace, que se suma a los
asesinatos de otros Defensores de la tierra, que como en el caso de Edwin Chota
Valera, el asháninka asesinado por madereros ilegales el 2014. Esta situación
deja al descubierto la ausencia del Estado en territorios indígenas amenazados
constantemente por la ilegalidad.
El manejo insostenible de la agricultura se vive en
toda la región Ucayali, donde también se realiza la actividad de forma
mecanizada, tal es el caso de la Comunidad Indígena de Ceylan en Masisea, donde
comuneros han denunciado la expansión del arroz bajo riego, sembrado y cosechado
con máquinas.
A continuación compartimos el pronunciamiento que la
Federación de Comunidades Nativas del Ucayali y Afluentes (FECONAU) y otras
organizaciones de la sociedad civil suscribieron para rechazar este lamentable
suceso:
Pronunciamiento
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