.- El narcotráfico, como
señalamos en la primera entrega, aposto a ganar o controlar el gobierno
nacional y tener la mayor representación política posible en el congreso de la
república, el primer poder del Estado, en las elecciones generales pasadas. Para
lograr ambos objetivos no escatimo en gastos: las firmas más poderosas de la
narcoburguesia nacional, así como las firmas medianas y locales de las regiones
y zonas de producción de coca y cocaína, lavaron varios centenares de millones
de soles en el proceso electoral. Lavaron dinero de la cocaína.
Sin embargo, a contrapelo de la fastuosa y onerosa inversión, no
lograron plenamente esos dos objetivos. Así, no lograron ganar ni controlar el
gobierno nacional o el Ejecutivo. Ni el narcocandidato presidencial ni los
candidatos presidenciales financiados por clanes de la narcoburguesia y firmas
intermedias y locales, ganaron. No lograron ese objetivo. En otros términos, el
riesgo potencial de que el Perú pudiera convertirse en un narcoestado, como lo
fue entre 1990 y 1996, fue derrotado. Obviamente, es solo una derrota
transitoria.
En cambio, donde el narcotráfico logro, aunque no idealmente, su
objetivo fue en el congreso de la república: obtuvo la mayor representación
política en el congreso de la república. En efecto, de 50 narcocandidatos en 18
regiones, lograron que sean elegidos 21 narcocongresistas en 17 regiones. Lograron lo que nunca tuvieron: una
narcobancada, ligeramente superior a la primera minoría del congreso, que tiene
20 congresistas, y que cruza transversalmente 5 partidos políticos.
El objetivo de este informe de investigación, la segunda
entrega, es precisamente ese: visibilizar a qué partido político pertenecen los
21 narcocongresistas. ¿A qué partidos políticos pertenecen los
narcocongresistas electos en la primera vuelta electoral? De acuerdo al cuadro
de narcocongresistas por partido político, Fuerza Popular es el partido con el
mayor número de narcocongresistas: 14. Le sigue Alianza para el Progreso, con
3; PPK con 2; Alianza Popular y el Frente Amplio, con 1 respectivamente. Queda
pendiente, para después, dar a conocer si hay otros narcocongresistas.
¿Qué se puede inferir del cuadro descrito? Primero, que el
narcotráfico no tiene una opción política ni ideológica. Donde encuentra un
espacio para postular, ingresa. Su lógica es como la de cualquier empresario
que se mueve en la legalidad: la racionalidad instrumental costo-beneficio. Por
lo tanto, no son hombres de partido. Su lealtad termina cuando el partido o
líder deja del poder, sea este local, regional o nacional. O cuando el líder
cae en desgracia. Lo importante es su objetivo: lograr protección política para
operar con inmunidad o impunidad.
Tal es su lógica instrumental que, como ha ocurrido en el
proceso electoral pasado y los anteriores, negocian simultáneamente con varios
partidos políticos y, si advierte que ese partido está cayendo, deja el espacio
adquirido y busca unirse al partido que está subiendo en las encuestas. Todo
vale para lograr ser congresista o colocar a algun miembro de su confianza en
la lista de candidatos al congreso. Utilizan todo: relaciones, dinero,
traiciones. Pero, sobre todo, dinero. Algo más: una o dos o tres firmas colocan
a sus miembros u hombres de confianza en varios partidos.
Segundo, que Fuerza Popular no solo es la organización política
que tiene el mayor número de narcocongresistas en nuevo congreso (14) sino que
-hasta el momento- tiene dos veces más narcocongresistas que los demás partidos
políticos juntos: con 7. Ello, sin duda alguna, tiene que ver con dos factores:
haber ganado la primera vuelta y haber tenido el mayor número de
narcocandidatos al congreso: 17. Seguido cercanamente por APP, con 16.
Entonces, ¿Por qué esa diferencia entre estos? La respuesta la hayamos en el
retiro de la candidatura presidencial de APP.
Ahí no queda todo. Los 17 narcocandidatos al congreso de Fuerza
Popular postularon en 15 regiones. Eso quiere decir que no menos de 15 clanes
del narcotráfico financiaron la campaña de los 17 narcocandidatos investigados.
Y, como es obvio, no solo financiaron la campaña de los narcocandidatos en las
15 regiones sino también, indirectamente, la candidatura presidencial de Fuerza
Popular. En realidad, el número de clanes o firmas que financiaron la campaña
de los narcocandidatos fue mayor. Solo en Ucayali, tres firmas en alianza
financiaron a cuatro candidatos.
Eso explica los fastuosos gastos nunca antes vistos en las 18
regiones donde hubo narcocandidatos. También explica los astronómicos gastos de
Fuerza Popular que superan largamente lo que han informado a la ONPE. Ello,
junto al número de narcocandidatos y, sobre todo, de los narcocongresistas
electos, explica por qué esta organización encarno -para un 20% del país- el
riesgo de volver a convertirnos en un narcoestado.
En suma, el riesgo del narcoestado no fue, pues, una bravuconada
o insulto producto de la efervescencia electoral. Fue un dato real del proceso
electoral nacional que, con todo lo electrizante y ajustado, atravezamos. Fue,
que duda cabe, el factor -entre otros- que impidio el triunfo cuasi inminente
de Keiko Fujimori Higuchi, en su segundo intento por gobernar el Perú.
En los próximos días, presentaremos los perfiles o caractéristicas de los 21 narcocongresistas que ya juramentaron.
En los próximos días, presentaremos los perfiles o caractéristicas de los 21 narcocongresistas que ya juramentaron.
Fuente: Jaime
Antezana Rivera
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