La concesión para
conservación “El Gran Simacache” es un área reconocida por el Gobierno Regional
de San Martín mediante Resolución Directoral Ejecutiva N°534-2012/GRSM/DEACRN
de fecha 12 de diciembre del 2012 con el objetivo de conservar un área
prioritaria de la ecoregión Yungas, para mantener una muestra importante de la
diversidad biológica del Perú, asegurando un refugio para la fauna y flora
silvestre, y al mismo tiempo promover e incentivar el manejo sostenible de los
recursos naturales en beneficio de las poblaciones humanas y de la naturaleza. Se
encuentra ubicada en los distritos de Alto Saposoa, Saposoa, Huicungo y
Pachiza, los dos primeros en la provincia de Huallaga y los siguientes en la
provincia de Mariscal Cáceres, en el departamento de San Martín, ocupando una
superficie total de 41 029.58 Has. La administración del área está a cargo de
la Asociación de Agricultores para la Protección de los Bosques Naturales del
Gran Simacache, quienes desde el año 2013 están teniendo dificultades para
ingresar al área, ya que cuando realizaban la colocación de los hitos que
delimitan la concesión en el mes de abril de dicho año, siete miembros de la
asociación en horas de la noche fueron retenidos contra su voluntad, despojados
de sus pertenencias y amenazados de muerte si intentaban regresar en posteriores
oportunidades por personas que dijeron pertenecer a otra asociación denominada
“Semache”, quienes manifestaron contar con una resolución emitida por la
Dirección Regional de Agricultura de Moyobamba concesionándoles dicha área de
lo cual se han valido para realizar, tráfico de tierras, caza furtiva, tala de
árboles y actividades agrícolas y pecuarias en una zona destinada para la
conservación. Los miembros de la Asociación de El Gran Simacache, verdaderos
administradores del área son conscientes de la gran responsabilidad que han
asumido y por lo tanto han seguido los procedimientos debidos para frenar esta
situación. Desde el 2011 realizaron 3 denuncias ante la policía y la Fiscalía
Especializada en materia Ambiental por invasión y deforestación. Las denuncias
fueron archivadas repetidamente, y aunque actualmente hay algunas personas que
están siendo juzgadas, ellos todavía radican en la zona, y la población junto a
la deforestación van en aumento rápidamente. Para que existan pruebas de que
efectivamente hay invasión de tierras en el área, solicitaron a la Autoridad
Regional Ambiental en una primera oportunidad la realización de una inspección
ocular que se llevó a cabo en las fechas 18-26 de febrero donde la conclusión
de dicha inspección fue que hay invasiónes y tráfico de tierras, deforestación
y cacería dentro del área. Posteriormente en repetidas ocasiones se ha
solicitado al ARA se realice una segunda inspección para comprobar que siguen
incidiendo en los delitos mencionados y que se proceda al desalojo de los
invasores. Desde junio de 2016 se ha continuado realizando esta petición y
después de varios meses de coordinación y cancelaciones del ultimo momento
entre la Autoridad Regional Ambiental, Fiscalía Ambiental, Policía Nacional,
Ronda Campesina, la Asociación de agricultores para la protección de los
bosques naturales del Gran Simacache y la ONG Neotropical Primate Conservation
todavía no hay fecha para la inspección ocular a pesar de que la administración
correría con parte de los gastos que implica la realización de dicha
diligencia. Recién la policía envió un grupo de efectivos vestidos como civiles
a la zona para hacer una investigación de inteligencia. Parece que los
efectivos policiales no ingresaron a la zona correcta porque dicen que solo han
encontrado señales de cacería y no de invasión de tierras. En contradicción,
ellos dicen que la zona es muy peligrosa y que las fuerzas policiales no van a
ser suficientes para intervenir en la zona. Ahora El gobierno regional dice que
sin la intervención del Ministerio del Interior no pueden actuar, lo que según
ellos va a demorar algunos meses más. En noviembre del 2016 los asociados junto
a los dirigentes del caserío de Alto Pachiza que es la principal entrada hacia
la concesión, convocaron a una reunión de urgencia para tratar el tema de la
invasión a la concesión, con semanas de anticipación se hicieron llegar oficios
de invitación a la Autoridad Regional Ambiental, la Fiscalía en Materia
Ambiental, la Policía Nacional, la Subprefectura de Saposoa, la Agencia Agraria
de Saposoa, la Ronda Campesina de Alto Pachiza, entre otras instituciones.
Tanto los representantes de la Autoridad Regional Ambiental, la Fiscalía y la
Policía simplemente no asistieron, cada uno con una diferente disculpa a pesar
de que algunas ya habían confirmado su presencia en dicha reunión. Así que
fueron los socios y los representantes de la ONG Neotropical Primate
Conservation quienes al encarar al principal dirigente de los invasores este
solo manifestó que por ningún motivo ellos van a retirarse del lugar y si el
posible harán que corra un río de sangre, siempre escudados en la necesidad.
Además, la asociación ha entregado su plan de manejo a la Autoridad Ambiental
Regional de San Martín en setiembre del 2015, aunque sabemos que no hay
observaciones para el plan, el documento todavía ¡no es aprobado! Lo más
preocupante de esta situación ahora es que el Organismo de Supervisión de los
Recursos Forestales (OSINFOR) que es el encargado de fiscalizar los títulos
habilitantes dados por las autoridades ambientales, como los Concesiones para
la Conservación, en estos días está visitando este tipo de iniciativas de
conservación y si encuentran alguna irregularidad las multas que aplican muy
elevadas por temas administrativos o los denuncian penalmente. Los asociados
encargados a la CC El Gran Simacache se sienten temerosos de esta visita,
sabiendo que pueden ser multados por daños causados por terceros dentro de su
área y que desearon frenar en su debido momento pero que no encontraron el apoyo
necesario en las autoridades correspondientes, quienes ahora pretenden lavarse
las manos y dejar toda la responsabilidad a la administración. En un país donde
se mide con la misma vara aun concesionario forestal y a un conservacionista,
donde sabemos quién gana y pierde al final.
Fuente : Diario VOCES
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