El
maracuyá es una fruta muy popular y consumida en nuestro medio, ya que la selva
de nuestro departamento es productora de maracuyá siendo una de las frutas
favoritas para los refrescos y en la gastronomía selvática usada para la
preparación de aliños para ensaladas en remplazo al limón por su sabor ácido.
El
nombre científico del Maracuya: Passiflora Edulis,
deriva del latín Passio –pasión,
y flos–
flor, es decir Flor de la Pasión ya que al ser descubierta por
los Jesuitas en 1610, estos compararon las flores del maracuyá con símbolos de
la pasión de Cristo, así pues la apariencia de la flor, es similar a una corona
de espinas; su estructura pentarradial (5 puntas) recibió una interpretación
teológica, con los cinco pétalos y cinco sépalos simbolizando a los diez
apóstoles (doce, menos Judas Iscariote y Pedro), mientras que los cinco
estambres representarían los cinco estigmas, los tres pistilos corresponderían
a los clavos de la cruz y sus zarcillos representan los látigos con los cuales
Cristo fue golpeado, por esto el maracuyá también es conocido como la fruta de
la pasionaria. En el antiguo Perú ya era consumida y se la llamaba Poro-p’osqo que en su traducción española
significa “bolsa ácida”.
La
pasionaria es oriunda de zonas cálidas de Sudamérica y Centroamérica y su
fruto el cual nosotros conocemos como maracuyá deriva de mburucuja su nombre
en portugués. El maracuyá es rica en vitaminas; 100 mg de esta fruta cubre las
necesidades de vitamina C, también contiene vitamina A, vitaminas del complejo
B y algunos minerales como el potasio y el magnesio por ello tiene muchos
beneficios como reducir la presión arterial. Al ser bajo en calorías es ideal
en dietas para bajar de peso, reduce los niveles de colesterol en el cuerpo,
posee propiedades antiinflamatorias propicias para personas con artritis
reumatoide, es diurético ayudando a eliminar sustancias tóxicas del organismo,
favoreciendo al sistema urinario, ayuda a tratar la depresión y algunos
estados alterados del sistema nervioso, el jugo de maracuyá combate el
crecimiento de células malignas en el cuerpo porque colabora en prevenir el
cáncer, contiene alto contenido de fibra mejorando el tránsito intestinal y
evitando el estreñimiento.
La
pulpa, el zumo, pero en especial las flores y hojas de maracuyá en infusiones
tiene un efecto relajante que puede utilizarse como sedante ligero o como
calmante para dolores musculares o cefaleas por contener alcaloides como el
harmano y el harmol, sirviendo además para combatir el insomnio y el stress.
Una o dos tazas de infusión al día son suficiente para estos efectos, pero es
contraindicado en gestantes y niños menores de tres años, justamente por los
alcaloides y efecto sedante que posee.
Se
debe consumir el maracuyá completamente maduro ya que al estar verde posee
cianogénicos que son tóxicos.
Si
vamos a preparar en jugo no debemos triturar mucho las semillas ya que le darán
un sabor amargo. Teniendo estos cuidados disfrutemos de la Pasionaria y su
fruta el maracuyá, lo más seguido que podamos.
Carlos Velásquez
Sánchez
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