A seis años de prisión fue condenado Alejandro
Rodríguez García, quien se autoinculpó por el asesinato del rondero y líder
ambiental Hitler Rojas Gonzales, de 34 años. En Celendín, Cajamarca,
familiares, amigos, compañeros de lucha y el propio Ministerio Público han
cuestionado la medida. Repasemos juntos por qué.
El Centro Poblado de Yagén, donde Hitler Rojas era
alcalde y donde fue asesinado, se ubica en el distrito de Cortegana, el cual
comparte límites con la región Amazonas.
Por encontrarse en una zona relativamente alejada,
autoridades como policías y fiscales tardan en presentarse en situaciones que
así lo requieren. Pero no siempre es así.
William Calla Rojas, miembro de las rondas
campesinas de Yagén y cuñado de Hitler, recuerda que en una ocasión más de 45
policías y varios fiscales llegaron hasta el centro poblado a causa de que retuvieron
a tres trabajadores de Chadín II, proyecto hidroeléctrico a cargo de la
transnacional brasileña Odebrecht y contra el cual se opone gran parte de la
población.
La cara más visible de esa oposición era Hitler,
entonces presidente del Frente de Defensa del Río Marañón y vicepresidente
del Frente de Defensa de Yagén.
En contraste con dicha ocasión, el 28 de diciembre
del 2015 ningún fiscal acudió a ver lo que había ocurrido con Hitler
Rojas en un descampado de Yagén. Un día antes había asumido el cargo de
alcalde del centro poblado.
“El
fiscal brilló por su ausencia”
“El fiscal brilló por su
ausencia”, dice a Servindi Calla Rojas, una de las personas que logró ver aún
con vida al líder ambiental tras el cruel ataque sufrido.
Pese a que el juzgado
del caso acogió la versión de que solo Alejandro Rodríguez estuvo
implicado en los hechos, lo cierto es que existe evidencia suficiente que
demostraría que por lo menos habrían actuado tres personas, una de éstas sería
incluso el hijo de Rodríguez García.
El mismo juzgado señala
también que no se trata de un homicidio calificado, sino de homicidio simple.
Esto pese a que en el cuerpo de Hitler se hallaron marcas de nueve disparos.
“Para el juzgado
disparar nueve veces no es un asesinato con alevosía o crueldad”, dice
sorprendida e indignada Mirtha Vásquez, abogada de la asociación Grufides que asume la
defensa del caso. Y es que a esta conclusión se llegó por una razón: se tomó
como cierta prácticamente la integridad de la versión dada por el procesado.
Según esta versión,
Hitler era el que llevaba el arma y fue Rodríguez quien se la
quitó y con la misma respondió a las supuestas agresiones del líder ambiental y
padre de seis niños.
El
enfrentamiento y el testigo negado
De acuerdo a varias
declaraciones recogidas por este medio, Hitler regresaba a su casa acompañado
de su primo hermano Paulino Rojas, cuando se originó el ataque. Ambos venían de
libar cuando de pronto se “cruzaron” con Rodríguez, personaje que en repetidas
ocasiones se ha manifestado a favor del proyecto Chadín II.
Para cuando se oyeron
los disparos Paulino se encontraba tirado en una quebrada cerca. Momentos
antes, desconocidos (se presume que fue más de uno) lo habían reducido y
llevado a otra parte. Cuando escuchó los balazos solo atinó a huir.
Sin embargo, en el
esfuerzo de reincorporarse logró ver que el hoy condenado a seis años de
prisión no se encontraba solo, estaba también su hijo, Henry Rodríguez
Vásquez, hoy con paradero no conocido.
Por los nervios, Paulino
habría omitido revelar este episodio ante la policía la primera vez que
recogieron su declaración. Cuando finalmente lo hizo ante los magistrados del
caso, estos le restaron crédito.
“Lo que se tendría que
hacer es indagar sobre esta segunda versión y ver si existió una segunda
persona”, explica Mirtha Vásquez en diálogo con Servindi. “El juzgado de
plano ha subestimado esta versión. Esto también nos parece irregular”, agrega.
No obstante, una tercera
persona también estaría involucrada en los hechos. Según Calla Rojas,
existen versiones de que esta persona se “contrató” de Amazonas.
“(Alejandro y su hijo)
no saben de armas, creo que han traído un sicario, le han dado (disparos) a
quemarropa y se han asegurado porque si no no lo mataban”, afirma.
El cuñado de Hitler,
quien lo conoció más de una década, descarta también que Hitler haya tenido en
su poder un arma. “Hitler fue a pelear a golpes no con armas, él ha ido a
pelear a puño limpio”.
La
mano de Odebrecht
Para Eduar
Rodas, presidente del Comité Provincial de las Rondas Campesinas de
Celendín, y para muchos pobladores de Yagen, detrás de estos hechos se
escondería la mano de Odebrecht.
Así lo consideran porque
se ha vuelto obvio el trato que reciben uno y otro. “Cuando se meten con Chadín
II la policía se moviliza de inmediato, pero cuando pasa algo con la población
nunca se hacen presente”, explica.
Rodas también se
pregunta por quienes habrían asumido y financiado la defensa de Rodríguez, ya
que, según él, se sabe que esta persona no tiene demasiados recursos.
Acción
inmediata
La lectura íntegra de la sentencia del caso se dio
el miércoles 13 de enero en Cajamarca. Ante lo débil que resultarían los
argumentos, Mirtha Vásquez sostiene que tomarán acciones rápidas, así como lo
está haciendo el Ministerio Público que pidió para el asesino de Hitler una
pena privativa de la libertad —precisa la abogada— de 21 años 3 meses.
“Nosotros vamos a interponer las acciones de
impugnación, ya las interpusimos así conjuntamente con el Ministerio Público
(…) que tiene cinco días para fundamentar su apelación y lo mismo nosotros
estamos apelando en el extremo de la reparación civil que también es sumamente
irrisoria: 30 mil soles por la vida de una persona”.
Seguidamente agrega: “Vamos a fundamentar nuestra
apelación y vamos a esperar que en segunda instancia se vuelva a revisar este
caso, se vea que los fundamentos bajo los cuales ha fallado no se ajustan a
derecho y en función a eso pediremos que se revoque la sentencia”.
“Esta sentencia deja un mensaje nefasto a la
sociedad pues desvalora totalmente la vida al señalarse una pena tan
simbólica”, reclama la abogada de Grufides.
“Teniendo en cuenta que este homicidio al parecer
tiene como móvil las disputas surgidas por la construcción del proyecto Chadín
II, este hecho puede generar aún más la agudización de la violencia”, concluye.
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