César Estada Chiquilín ha sido preseleccionado para
ser acreedor del Premio Marine Anstett 2016 en renocimiento a su labor como periodista y
comunicador indígena en la denuncia de los abusos de la empresa minera
Yanacocha. Actualmente, vive una gravísima situación pues se ha convertido en
víctima de persecuciones, amenazas y ataques directos tanto hacia su persona
como a su familia.
Su caso fue presentado por Michael Frost, Relator
especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, ante
la Asociación Marine Anstett, entidad que reconocerá a hombres y mujeres que
luchan por la defensa de los derechos humanos alrededor del mundo.
Estrada Chuquilín, miembro de la Red de
Comunicadores Indígenas del Perú (REDCIP) comparte la nominación con cuatro
defensores más. Los cinco fueron preseleccionados por un comité el pasado 12 de
enero para su revisión y selección final el próximo 7 de febrero por un jurado
especial.
El ganador será anunciado y recibido el 29 de abril
en la ciudad de París, Francia, para la entrega del galardón.
Grave situación de persecusión y ataques
César Estrada, junto a 46 personas opositoras al
proyecto Conga, son beneficiarios de una medida cautelar otorgada por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual obliga al Estado a proteger la vida e integridad
de quienes son víctimas de diversos ataques y agresiones por la defensa del
agua y de sus tierras.
Entre diciembre de 2011 y febrero de 2014, el
comunicador indígena sufrió ataques físicos, amenazas de muerte, detenciones
arbitrarias, recurrentes robos de sus herramientas de trabajo, cortes de línea
telefónica y la obstrucción de su labor periodística. Los ataques fueron
perpetrados por la seguridad privada de la empresa minera como también por
efectivos policiales.
Estos hechos le merecieron ser acreedor de la
medida cautelar el 5 mayo de 2014 mediate la Resolución 9/2014. Sin embargo, la situación no ha variado en
absoluto pues el gobierno peruano no ha implementado la medida. Incluso, pocos
días después de obtener la medida cautelar, Estrada Chuquilín fue detenido
arbitrariamente por seis horas y luego denunciado penalmente.
Su vida está en peligro
Entre marzo y noviembre de 2015, Estrada fue
víctima de nuevos ataques que amenazaron tanto su integridad como la de sus
familiares.
Según señala el mismo comunicador, a la violencia
física y el acoso se ha sumado ahora el hostigamiento judicial pues en agosto
del año pasado fue acusado por los supuestos delitos de secuestro y hurto
agravado por los que se le puede imputar hasta 33 años de pena privativa de la
libertad.
En lo que va del proceso judicial, Estrada ha
sufrido atentados gravísimos. El 15 de setiembre, junto a su esposa y otro
defensor de los derechos humanos, cuando dos sujetos no identificados
dispararon armas de fuego y arrojaron piedras contra el carro en el que se
transportaban.
Situaciones similares se dieron el 26 de setiembre
y el 31 de octubre cuando sujetos no identificados le amanezaron con disparos
en la primera ocasión e insultos y amedrentamiento en la segunda.
Cinco días después, el 22 de setiembre, encontraron
el frontis de la casa de su padre pintada con la frase "Disfruta tus
últimos días. A la cárcel o mueres"
El juicio oral por los cargos que se le
imputan debió llevarse a cabo el pasado 5 de enero pero fue suspendido debido a la
ausencia del representante del Ministerio Público en Celendín. El proceso se ha
postergardo hasta el próximo 5 de abril.
Actualmente, César Estrada Chuquilín se
ha visto en la obligación de detener su labor de comunicador social mientras
vela por su integridad y la de su familia llegando incluso a vivir en la
clandestinidad para no ser víctima de más ataques.
Al
verse impedido de laborar y no obtener ingresos económicos Estrada carece de recursos
para su defensa legal y la manutención personal y la de sus familiares.
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