lunes, 20 de junio de 2016

LA ENCRUCIJADA DE LOS SIMBOLOS Y EL ABANDONO DE "LA GRAN SAPOSOA"


Solamente ha habido seis expediciones oficiales desde que se descubrió en el año 1999”La Gran Saposoa”, que es el mayor u más oculto Complejo Arquitectónico Chachapoya.
Camino a la “Gran Saposoa”, uno encuentra dos singularidades incitantes que revelan y desvelan.
La primera es de fondo, al llegar a la meta: Nunca se ha encontrado una ciudadela prehispánica en cuya capital sus muros de piedra en bajo relieve le rindan un masivo culto arquitectónico, astronómico y ritual al símbolo de la cruz, asociado en nuestras mentes al cristianismo.
Este centro de élite de los Chachapoyas llamado como “Las cruces” había controlado la parte administrativa, política y religiosa.
Según los primeros estudios arqueológicos desde el año 2000, en más de 400 edificaciones circulares, ubicadas en 08 Hás.  recubiertas por la maleza y la lluvia imperecedera.
En la ahora enmarañada plaza pública: en un extremo, se encuentra dos paredes contiguas con tres cruces en cada muro y en el lado opuesto un torreón circular de 03 mtrs. de alto con los íconos de cruces altas , grandes y en serie, cumpliendo un fin aparentemente ceremonial.
En realidad, la desbordante mañana en que llegamos allí, todas las subidas rocosas y lodosas resbalaban hacia las cruces como a un corazón imantado.
Llegar allí, era sentir corrientes eléctricas en lugar de venas.
“La Gran Saposoa” en su totalidad se extiende a lo largo y alto de 1,000 Hás. , lo que le hace más grande que Macchupicchu”, según datos del INC, pero poseído por el bosque en un 70% , por lo que nadie  ha podido hacer mapas panorámicos totales en detalle.
Sin embargo, antes de hallar esta maravilla y su capital, había una segunda particularidad, de forma, al partir: Para llegar a la “Gran Saposoa”, es todavía materialmente imposible hacerlo desde el propio Distrito Saposoa, porque en medio hay una selva indomable.
Hubo una expedición que quiso hacerlo y llegó, pero se perdió por más de dos meses.

Por lo tanto, hay que bordear el territorio en un hercúleo viaje de 08 horas en auto hacia Chachapoyas, luego 03 horas para Leymebanba y después continuar 04 horas hasta Balsas, a un costado de Celendín, serpenteando luego una cabecera del río Marañón.



EL ENIGMA DE LAS CRUCES
El cansancio nos dejaba entre la espada y el paredón, seguiría 06 horas inflexibles con el lodo en los muslos hasta la cima del “Gran Saposoa”.
Sus linderos estaban marcados por paredones increíbles de 05 mtrs. con sinuosas pinturas rupestres.
La selva sigue la espiral de la existencia, cuando más golpea, luego más consuela.
Cuando nos quedamos sin agua, las huacanqui o las lágrimas de las rocas que los mitos atribuyen propiedades eróticas nos reanimaría.
El instinto de vida hasta coronar el centro ceremonial y la plaza de 30 por 40 mtrs. cuadrados de “Las Cruces”.
Desde allí una hora más, tres torreones militares de 10 mtrs. mostrarían la escondida monumentalidad chachapoya, ya más parecida a una fortaleza, ubicadas entre las coordenadas 6ª59’15” y 77ª36’28” en la confluencia de los ríos Huabayacu y Bravo.
No se tienen estudios sobre la función de las cruces, confiesa el Arqueólogo Cristian Hidalgo.
Aunque los “chachas” utilizaban signos geométricos, siempre el zigzag, el rombo y las grecas.
La cruz es uno de los símbolos más viejos de la humanidad y de muchas religiones.
Las Chachapoyas no son cruces latinas del cristianismo (en las que el vertical es más grande que el horizontal), sino son análogas a las “cruces griegas”, con los cuatro brazos en equitativa longitud.
Si se revisan los libros en la costa norte se hallan vestigios de cruces en la Hacienda  Monte Carmelo de la Cultura Virú,  con una antigüedad de 2,000 años. Y hay un motivo cruciforme en Chavín de Huantar, pero es con los Chachapoyas que se tiene una simbología manifiesta.
Existen tres indicios “chachas”, aunque no en la magnitud de la “Gran Saposoa”:
1.-En los mausoleos de Révoch en Luya (Amazonas), existe una cruz estucada en un barranco inexpugnable entre símbolos funerarios en forma de “T”.
2.-En un muro de la Iglesia de la Jalca, levantada sobre una vieja pared con cruces empastadas en arcilla colorada.
Según Peter Lerche en su estudio “Los Chachapoyas y los símbolos de su historia”, en el templo más antiguo en el Departamento de Amazonas.
La identidad del proto – símbolo cruz de ambos mundos ideológicos de los Chachapoyas y de los europeos explica, porque los frailes permitían su aplicación en los muros de una iglesia cristiana.
Federico Kauffman Doig agrega en su último libro : “los religiosos transfirieron al cristianismo el simbolismo que detectaba el emblema cruciforme entre los Chachapoyas.
El sector pre hispánico en el que se conservaba por siglos el signo, ha sido calcado en los años 80 – 90 al efectuarse obras de restauración de la antigua iglesia…la cruz al igual que la chacana podría ser uno de los símbolos de la Diosa Tierra.
3.-Se encontraron emblemas de cruces en la Laguna de los Cóndores, donde se rescataron más de 200 momias.
Había una vasija ceremonial con tres cruces repetidas (igual que en los muros de la “Gran Saposoa” pero con la técnica del vidriado, desconocida en el antiguo Perú  y que solo pudo ser asimilado en el periodo de la conquista.
Kauffman conjetura: podrían indicar que la evangelización estaba en marcha y que a través del uso de este emblema, el difunto no agredía ni al cristianismo ni a las tradiciones de sus pasados, ya que pòr amabas culturas, por igual este emblema era reverenciado.
Adriana Von Hagen publicó en un libro la foto de un crucifijo colonial (ya con la cruz latina) encontrado entre las momias y que es expresión de esta simbiosis religiosa.





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