Solamente ha habido seis expediciones oficiales desde que se
descubrió en el año 1999”La Gran Saposoa”, que es el mayor u más oculto
Complejo Arquitectónico Chachapoya.
Camino a la “Gran Saposoa”, uno encuentra dos singularidades
incitantes que revelan y desvelan.
La primera es de fondo, al llegar a la meta: Nunca se ha
encontrado una ciudadela prehispánica en cuya capital sus muros de piedra en
bajo relieve le rindan un masivo culto arquitectónico, astronómico y ritual al
símbolo de la cruz, asociado en nuestras mentes al cristianismo.
Este centro de élite de los Chachapoyas llamado como “Las cruces”
había controlado la parte administrativa, política y religiosa.
Según los primeros estudios arqueológicos desde el año 2000, en
más de 400 edificaciones circulares, ubicadas en 08 Hás. recubiertas por la maleza y la lluvia
imperecedera.
En la ahora enmarañada plaza pública: en un extremo, se encuentra
dos paredes contiguas con tres cruces en cada muro y en el lado opuesto un
torreón circular de 03 mtrs. de alto con los íconos de cruces altas , grandes y
en serie, cumpliendo un fin aparentemente ceremonial.
En realidad, la desbordante mañana en que llegamos allí, todas las
subidas rocosas y lodosas resbalaban hacia las cruces como a un corazón
imantado.
Llegar allí, era sentir corrientes eléctricas en lugar de venas.
“La Gran Saposoa” en su totalidad se extiende a lo largo y alto de
1,000 Hás. , lo que le hace más grande que Macchupicchu”, según datos del INC,
pero poseído por el bosque en un 70% , por lo que nadie ha podido hacer mapas panorámicos totales en
detalle.
Sin embargo, antes de hallar esta maravilla y su capital, había
una segunda particularidad, de forma, al partir: Para llegar a la “Gran
Saposoa”, es todavía materialmente imposible hacerlo desde el propio Distrito
Saposoa, porque en medio hay una selva indomable.
Hubo una expedición que quiso hacerlo y llegó, pero se perdió por
más de dos meses.
Por lo tanto, hay que bordear el territorio en un hercúleo viaje
de 08 horas en auto hacia Chachapoyas, luego 03 horas para Leymebanba y después
continuar 04 horas hasta Balsas, a un costado de Celendín, serpenteando luego
una cabecera del río Marañón.
EL ENIGMA DE LAS CRUCES
El cansancio nos dejaba entre la espada y el paredón, seguiría 06
horas inflexibles con el lodo en los muslos hasta la cima del “Gran Saposoa”.
Sus linderos estaban marcados por paredones increíbles de 05 mtrs.
con sinuosas pinturas rupestres.
La selva sigue la espiral de la existencia, cuando más golpea,
luego más consuela.
Cuando nos quedamos sin agua, las huacanqui o las lágrimas de las
rocas que los mitos atribuyen propiedades eróticas nos reanimaría.
El instinto de vida hasta coronar el centro ceremonial y la plaza
de 30 por 40 mtrs. cuadrados de “Las Cruces”.
Desde allí una hora más, tres torreones militares de 10 mtrs.
mostrarían la escondida monumentalidad chachapoya, ya más parecida a una
fortaleza, ubicadas entre las coordenadas 6ª59’15” y 77ª36’28” en la
confluencia de los ríos Huabayacu y Bravo.
No se tienen estudios sobre la función de las cruces, confiesa el
Arqueólogo Cristian Hidalgo.
Aunque los “chachas” utilizaban signos geométricos, siempre el
zigzag, el rombo y las grecas.
La cruz es uno de los símbolos más viejos de la humanidad y de
muchas religiones.
Las Chachapoyas no son cruces latinas del cristianismo (en las que
el vertical es más grande que el horizontal), sino son análogas a las “cruces
griegas”, con los cuatro brazos en equitativa longitud.
Si se revisan los libros en la costa norte se hallan vestigios de
cruces en la Hacienda Monte Carmelo de
la Cultura Virú, con una antigüedad de
2,000 años. Y hay un motivo cruciforme en Chavín de Huantar, pero es con los
Chachapoyas que se tiene una simbología manifiesta.
Existen tres indicios “chachas”, aunque no en la magnitud de la
“Gran Saposoa”:
1.-En los mausoleos de Révoch en Luya (Amazonas), existe una cruz
estucada en un barranco inexpugnable entre símbolos funerarios en forma de “T”.
2.-En un muro de la Iglesia de la Jalca, levantada sobre una vieja
pared con cruces empastadas en arcilla colorada.
Según Peter Lerche en su estudio “Los Chachapoyas y los símbolos
de su historia”, en el templo más antiguo en el Departamento de Amazonas.
La identidad del proto – símbolo cruz de ambos mundos ideológicos
de los Chachapoyas y de los europeos explica, porque los frailes permitían su
aplicación en los muros de una iglesia cristiana.
Federico Kauffman Doig agrega en su último libro : “los religiosos
transfirieron al cristianismo el simbolismo que detectaba el emblema cruciforme
entre los Chachapoyas.
El sector pre hispánico en el que se conservaba por siglos el
signo, ha sido calcado en los años 80 – 90 al efectuarse obras de restauración
de la antigua iglesia…la cruz al igual que la chacana podría ser uno de los
símbolos de la Diosa Tierra.
3.-Se encontraron emblemas de cruces en la Laguna de los Cóndores,
donde se rescataron más de 200 momias.
Había una vasija ceremonial con tres cruces repetidas (igual que
en los muros de la “Gran Saposoa” pero con la técnica del vidriado, desconocida
en el antiguo Perú y que solo pudo ser
asimilado en el periodo de la conquista.
Kauffman conjetura: podrían indicar que la evangelización estaba
en marcha y que a través del uso de este emblema, el difunto no agredía ni al
cristianismo ni a las tradiciones de sus pasados, ya que pòr amabas culturas,
por igual este emblema era reverenciado.
Adriana Von Hagen publicó en un libro la foto de un crucifijo
colonial (ya con la cruz latina) encontrado entre las momias y que es expresión
de esta simbiosis religiosa.
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