Presidente de la Federación Nativa Quechua del Pastaza
(Fediquep) emplaza al mandatario para que gobierne visibilizando a las
comunidades nativas amazónicas.
“El presidente Pedro Pablo Kuczynski debe respetar las
negociaciones que iniciamos con el gobierno de Ollanta Humala. Hemos firmado
compromisos y muchos aún no se cumplen”, dice Aurelio Chino Dahua, presidente
de la Federación Nativa Quechua del Pastaza (Fediquep), a LaMula.pe.
Ha finalizado el régimen anterior y al apu le preocupa este
nuevo inicio. “Las nuevas autoridades, los nuevos viceministros saben muy poco
de nuestra lucha, de nuestras demandas, de nuestra realidad. ¿Retomaremos lo
avanzado o vamos a empezar de cero? No podemos retroceder. El nuevo gobierno
dice que va a visibilizar a los pueblos indígenas. Eso no debe ser algo ‘raro’,
debe ser lo normal. Somos peruanos como todos”, señala.
El
apu ya estuvo reunido -brevemente- con Kuczynski en julio pasado, y le entregó
las demandas de las comunidades de las cuencas de los ríos Corrientes, Marañón,
Tigre y Pastaza (que agrupan a los pueblos quechuas, kichwas, achuares y
kukamas), que han soportado décadas de contaminación ambiental debido a las
operaciones petroleras irresponsables en los lotes 192 (ex 1AB) y 8.
Chino
lleva sobre sus hombros la responsabilidad de ser la autoridad y la voz de 20
comunidades nativas quechuas del Pastaza. Por ello, insiste en su mensaje al
jefe de Estado: “El presidente nos dijo que iba a trabajar de la mano con los
indígenas. Espero que nos escuche y conozca cómo están nuestros pueblos y qué
problemas tienen nuestras cuencas, y que atienda nuestras demandas”.
“Nosotros
somos indígenas y merecemos respeto -subraya-. Así como los limeños quieren
vivir tranquilos, nosotros también; así como se preocupan por el futuro de sus
hijos, nosotros también”.
Uno
de los puntos centrales de las demandas de las comunidades es la titulación de
sus tierras. “Es nuestro derecho. Cualquier empresa entra, cruza nuestra
tierra. La titulación es para decir yo tengo este papel, tengo el DNI de mi
tierra. Respétame. No es que seamos ajenos a este territorio. Nosotros vivimos
aquí desde hace años, desde tiempos ancestrales, pero no tenemos título.
Además, lo importante es que nos reconozcan como territorio integral, como
pueblo quechua, no como una sola comunidad, no es como algunos políticos y
empresarios quieren. Nosotros somos comunidad, no queremos título individual”,
detalla.
Las comunidades
nativas de esta zona conviven con la actividad petrolera. Por eso no están en
contra de las inversiones extractivas, lo que piden, por un lado, es que el
Estado peruano y las empresas petroleras que han contaminado asuman sus
responsabilidades y hagan una real remediación ambiental, a la vez que den una
compensación económica. Por el otro, exigen que la actual empresa que opera el
Lote 192, Pacific Stratus Energy, respete su hábitat y que luego de que ésta
finalice su gestión el Estado peruano lleve a cabo una consulta previa sobre el
nuevo operador, que sería Petroperú.
“No
nos vamos a quedar con los brazos cruzados, sobre todo sabiendo qué tipo de
Estado tenemos. Nuestros animales se alimentan con pastos y agua contaminados.
Nuestros comuneros los cazan y se contaminan. Abuelos y nietos pescan y lo más
probable es que lo poco que pesquen esté enfermo. Es una triste realidad, ¿pero
a quienes viven en Lima les interesa? ¿Le importa a Palacio de Gobierno? Usted
es periodista, está aquí en Nuevo Andoas y ve que la contaminación persiste en
estas tierras. Deberían venir más periodistas para que esto se conozca a nivel
nacional e internacional, para que el pueblo peruano sepa por qué protestamos,
por qué insistimos en que se respete nuestro derecho a vivir en un ambiente
sano”, dice el apu Aurelio.
Cuánto
me hubiera gustado -añade- que los gobiernos, por su propia voluntad, vinieran
a visitarnos. Son 45 años de explotación petrolera, ningún gobierno se ha
preocupado por venir aquí. Incluso cuando viene Osinergmin, no conversa con los
comuneros, las autoridades nos tratan como si fuéramos de otro nivel. Gracias a
nuestros monitores ambientales hemos visibilizado ante los demás la
contaminación que nos han dejado las petroleras, sobre todo Pluspetrol.
El líder
indígena desconfía del Estado peruano. Muchas veces se ha sentido engañado,
maltratado. Las autoridades gubernamentales no saben el tiempo que para él
significa salir de su comunidad, llegar a Lima (tres a cuatro días, surcando
ríos) y regresar a casa, pero antes pasar por las comunidades para informar
sobre los ‘resultados’ de su permanencia en Lima. Poco les importa las
expectativas de las comunidades cuando se enteran de que su líder viaja hacia
la capital para una reunión con el gobierno. “Dudaré de lo que me diga
cualquier ministro. Nunca voy a tener la seguridad de que cumplirán con lo
firmado. ¿Cómo voy a volver a tener confianza, si han condenado mi vida? ¿Cómo
mi pueblo va a recuperar la confianza en un país en el que los gobernantes nos
olvidan?”, finaliza. (Fotos: Alberto Ñiquen Guerra / LaMula.pe)
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