La Fundación Pronaturaleza y
la Central Ashaninka del Río Ene (CARE) hicieron claras advertencias de
los riesgos de incendios forestales debido a una de las más graves sequías registradas
en los últimos 50 años.
Ernesto
Ráez, ecólogo tropical y miembro de la Fundación Pronaturaleza explicó que
"en años de sequía extrema como fue el año 2005, 2010 y como está siendo este
año [2016], el bosque se seca tanto que también se hace combustible"
"Entonces
el riesgo de que las quemas que escapan de control entren al bosque y se
conviertan en un incendio forestal, se incrementa tremendamente” advirtió en un
reportaje publicado por Mongabay.
El
informe titulado: Brasil, Bolivia y Perú: los efectos de las sequías e
incendios forestales podrían ser los más severos de los últimos diez años elaborado por Alexa Velez brinda
un escenario del potencial riesgo que ahora se manifesta.
Los
sistemas de monitoreo satelital confirman que los focos de calor registrados,
hasta el momento, son mucho más altos que los reportados en las últimas dos
sequías serias del 2005 y 2010 señala el reporte.
Solo en agosto de 2016 se han detectado en el
Perú 1935 quemas e incendios. Ernesto Ráez, quién sigue minuciosamente la
situación de Perú, en especial de Madre de Dios, explica que la estación seca
“tiene su pico, la época más seca del año, entre agosto, octubre y
noviembre".
"En esos meses todos los años como un relojito
la gente se dedica a quemar su chacra, a quemar el rastrojo o si están abriendo
nueva chacra, a quemar el bosque que han tomado. Eso se realiza en toda la
sierra con los pastos y toda la selva, en toda la frontera de
colonización" prosigue Ráez entrevistado por Mongabay.
"El resultado es que hay momentos en el año en
que todo es rojo, todos son puntos rojos (focos de calor) y nosotros hemos
comprobado que las únicas áreas que se libran en la Amazonía son las áreas
protegidas y los territorios indígenas donde la gente no quema” indica Ráez.
La observación de los asháninkas del río Ene
La CARE publicó el 8 de setiembre la nota: Sequía en la
Amazonía, sequía en el Ene en la que confirma la
advertencia del reportaje difundido por Mongabay en el que
se alerta del riesgo de la afectación del bioma andino-amazónico en los tres
países debido a los niveles de sequía observados.
La organización indígena recibió comentarios e
informes de los comuneros asháninkas de la cuenca del río Ene y de su
propio equipo técnico el cual expuso varias evidencias de la sequía que
vive la cuenca del Ene.
La primera evidencia indica que el río Perené lleva
tan poca agua que se ha vuelto innavegable en su desembocadura motivo por el
cual el equipo técnico debió cambiar su puerto de embarque para ingresar a
las comunidades nativas de la cuenca.
El ingreso normal era por la Comunidad Nativa
de Puerto Ocopa y el bote debía navegar unos 15 minutos por el río Perené
hasta llegar a la entrada del río Ene pero ahora esta ruta debió ser
modificada.
La segunda evidencia es el cambio en la temporada
de acopio del cacao que realiza la Asociación de Productores Asháninkas
del Río Ene (KEMITO-ENE) que se ha retrasado en aproximadamente dos meses.
Normalmente el acopio se realiza entre los meses de
abril a julio pero este año KEMITO efectuó el acopio de la mayor cantidad de
granos entre agosto y setiembre debido a la demora de la maduración de los
frutos.
La tercera evidencia expuesta por CARE es la
escasez de yuca en comunidades como Potsoteni, Unión Puerto Asháninka y
Samaniato, y el testimonio de comuneros que señalan que la yuca crece
actualmente al “tamaño de un plátano, nada más”.
Si bien la cuenca del Ene se caracteriza por
tener un microclima extremadamente seco y ha sido clasificado por el Servicio
Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNAMP) como bosque seco se observa que la sequía de este año
alcanza "dimensiones desconocidas por nuestros comuneros" advirtió la
CARE.
El riesgo de incendios forestales
Coincidiendo con el informe de
Pronaturaleza, la organización indígena CARE alertó que el principal peligro de
la sequía consiste en la producción de grandes incendios forestales.
"Las
riberas de la parte del bajo Ene presentan actualmente un triste panorama.
Pasando con el bote, se ve kilómetros por kilómetros de bosque quemado"
indicaron.
Agosto
es el mes en el cual se abren tradicionalmente las chacras. "Sin embargo,
el bosque es tan seco, y los vientos soplan tan fuertes, que muchos de nuestros
comuneros nos informan que ya les es imposible controlar el fuego".
La
amenaza es que se pueden crear grandes incendios grandes que afecten
a grandes partes del bosque comunal, lo que pone en peligro a los
comuneros que viven cerca de las chacras y además espantan a los animales.
En
diálogo con Servindi Ruth Buendía, presidente de la CARE, sostuvio que
"esta no es la primera vez que se quema el bosque del Río Ene.Las
autoridades de la provincia de Satipo y del Gobierno Regional ya sabían de este
riesgo y no se ha hecho nada para sensibilizar a las comunidades, a los
agricultores, no solamente asháninkas, sino también colonos."
SERVINDI
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