EL LAGO ENCANTADO
En nuestra Regiòn San Martín existe un Lago Encantado en el lugar denominado Sapo Perdido.
Dicen que allì en ese Lago vive un gigantesco y descomunal toro de oro con grandes y deslumbrantes ojos, chispeantes cuernos y reluciente cuerpo. Nadie, desde hace cuatro siglos pueden pescar en sus aguas, su fauna es riquìsima y variada y pretender pescar allì es mortal.
Ante una impertinente visita, el toro con su apocalìptico mugir hace estremecer la tierra, descargàndose una terrible tempestad con rayos y truenos que nadie puede soportar. El Lago està rodeado de gigantescos àrboles de caoba, cedro, ishpingo y es bebedero de sajinos, huanganas, venados paujiles, monos y otorongos.
Este Lago ocupa el lugar donde estuvo construido el antiguo pueblo de Saposoa, anterior al actual. Fue un lugar tranquilo, laborioso y solidario habitado por indios lamistas y que un dìa fatìdico fue destruido por Lope de Aguirre y sus sanguinarias huestes.
Sòlo quedaron de èl escombros, cenizas y un sinnúmero de cadáveres, algunos lograron salvarse internàndose en lo màs enmarañado de la Selva. Despuès de tan macabra batalla, los españoles dormìan borrachos como consecuencia del abundante masato que tomaron y que encontraron en una rùstica vivienda.
Lope de Aguirre, el traidor como lo conoce la Historia, permanecìa en alerta, en previsiòn de un sorpresivo ataque de los sobrevivientes que en nùmero de unos 30 entre hombres y mujeres pernoctaron en unas cuevas. Allì improvisaron un altar donde se pusieron a adorar a su Dios El Sapo, colocàndolo en una gran piedra.
El Jefe de este grupo era Roque Tapullima Isuiza ,ademàs estaban Leopoldo Chujutalli, Braulio Pisco y Leocadio Fasabi que quedaron despiertos cuidando a los demàs en la cueva.
A la medianoche, Roque se despierta sobresaltado, llama a sus compañeros, los invita a ponerse de rodillas frente a su Dios y les dice: ”Nuestro Dios El Sapo acaba de comunicarme que dentro de dos horas castigarà muy severamente a los invasores, que harà caer sobre ellos fuego del cielo, se estremecerà la tierra y que nuestro pueblo se convertirà en un Lago Encantado. Que a nosostros nos tiene señalado un mejor lugar donde renacerà nuestro nuevo SAPOSOA. Allì debemos ir dentro de tres dìas siguiendo el curso del rìo Saposoa hasta llegar hasta llegar a un lugar llamado La Muyuna. Nuestro Dios estarà allì esperàndonos. Roque y su gente con la mirada y los brazos dirigidos al cielo dieron gracias a su Salvador, pidièndole que no les abandonara y que siempre les protegiera.
Luego a la hora indicada deslumbrantes y candentes bolas de fuego caìan sobre el pueblo de Sapo Perdido, se estremeciò y abriò la tierra formàndose un enorme lago y saliendo de èl un gigantesco TORO que arrojaba llamas de sus ojos y de su hocico una lluvia torrencial de granizo completaba el fenómeno.
Una hora después desaparecìan los negros nubarrones, la tierra dejò de temblar y el cielo cesò de enviar bolas de fuego. La luna y las estrellas comenzaron a brillar y se veìa los cadáveres de los españoles flotando en el Lago, Lope de Aguirre y unos cuàntos lograron salvarse siguiendo el curso del rìo Sapo.
Al dìa siguiente de la aparición del Lago Encantado, Roque y sus compañeros comenzaron a preparar sus balsas y a proveerse de vìveres para emprender el viaje a la Tierra Prometida (Nuevo Saposoa) y se embarcaron en sèis pequeñas balsas, Roque iba adelante, el viaje fue lento bajo un radiante sol,un cielo azul y la esperanza de una mejor vida.
Al tercer dìa llegaron a la Muyuna, el Dios Sapo les estaba esperando, todo fue alegrìa, hombres y mujeres decìan arrodillados:”Gloria Señor, Gloria a tì nuestro Salvador”. Luego se trasladaron al lugar llamado Chontamuyo, ubicado a orillas de la Laguna Atumpozo donde habìa peces, aves y animales de monte.
Ya en el lugar, el Dios Sapo les hizo entrega de sus nuevas tierras, instàndoles a vivir en paz y trabajando solidariamente como lo hicieron en Sapo Perdido, los nativos escucharon con humildad las palabras de su Salvador, luego el Dios les dio su bendiciòn y se fuè. Al dìa siguiente procedieron a la parcelación y entrega de terrenos, emergiendo asì la NUEVA SAPOSOA, un hermoso pedazo del Edèn Amazònico.
En nuestra Regiòn San Martín existe un Lago Encantado en el lugar denominado Sapo Perdido.
Dicen que allì en ese Lago vive un gigantesco y descomunal toro de oro con grandes y deslumbrantes ojos, chispeantes cuernos y reluciente cuerpo. Nadie, desde hace cuatro siglos pueden pescar en sus aguas, su fauna es riquìsima y variada y pretender pescar allì es mortal.
Ante una impertinente visita, el toro con su apocalìptico mugir hace estremecer la tierra, descargàndose una terrible tempestad con rayos y truenos que nadie puede soportar. El Lago està rodeado de gigantescos àrboles de caoba, cedro, ishpingo y es bebedero de sajinos, huanganas, venados paujiles, monos y otorongos.
Este Lago ocupa el lugar donde estuvo construido el antiguo pueblo de Saposoa, anterior al actual. Fue un lugar tranquilo, laborioso y solidario habitado por indios lamistas y que un dìa fatìdico fue destruido por Lope de Aguirre y sus sanguinarias huestes.
Sòlo quedaron de èl escombros, cenizas y un sinnúmero de cadáveres, algunos lograron salvarse internàndose en lo màs enmarañado de la Selva. Despuès de tan macabra batalla, los españoles dormìan borrachos como consecuencia del abundante masato que tomaron y que encontraron en una rùstica vivienda.
Lope de Aguirre, el traidor como lo conoce la Historia, permanecìa en alerta, en previsiòn de un sorpresivo ataque de los sobrevivientes que en nùmero de unos 30 entre hombres y mujeres pernoctaron en unas cuevas. Allì improvisaron un altar donde se pusieron a adorar a su Dios El Sapo, colocàndolo en una gran piedra.
El Jefe de este grupo era Roque Tapullima Isuiza ,ademàs estaban Leopoldo Chujutalli, Braulio Pisco y Leocadio Fasabi que quedaron despiertos cuidando a los demàs en la cueva.
A la medianoche, Roque se despierta sobresaltado, llama a sus compañeros, los invita a ponerse de rodillas frente a su Dios y les dice: ”Nuestro Dios El Sapo acaba de comunicarme que dentro de dos horas castigarà muy severamente a los invasores, que harà caer sobre ellos fuego del cielo, se estremecerà la tierra y que nuestro pueblo se convertirà en un Lago Encantado. Que a nosostros nos tiene señalado un mejor lugar donde renacerà nuestro nuevo SAPOSOA. Allì debemos ir dentro de tres dìas siguiendo el curso del rìo Saposoa hasta llegar hasta llegar a un lugar llamado La Muyuna. Nuestro Dios estarà allì esperàndonos. Roque y su gente con la mirada y los brazos dirigidos al cielo dieron gracias a su Salvador, pidièndole que no les abandonara y que siempre les protegiera.
Luego a la hora indicada deslumbrantes y candentes bolas de fuego caìan sobre el pueblo de Sapo Perdido, se estremeciò y abriò la tierra formàndose un enorme lago y saliendo de èl un gigantesco TORO que arrojaba llamas de sus ojos y de su hocico una lluvia torrencial de granizo completaba el fenómeno.
Una hora después desaparecìan los negros nubarrones, la tierra dejò de temblar y el cielo cesò de enviar bolas de fuego. La luna y las estrellas comenzaron a brillar y se veìa los cadáveres de los españoles flotando en el Lago, Lope de Aguirre y unos cuàntos lograron salvarse siguiendo el curso del rìo Sapo.
Al dìa siguiente de la aparición del Lago Encantado, Roque y sus compañeros comenzaron a preparar sus balsas y a proveerse de vìveres para emprender el viaje a la Tierra Prometida (Nuevo Saposoa) y se embarcaron en sèis pequeñas balsas, Roque iba adelante, el viaje fue lento bajo un radiante sol,un cielo azul y la esperanza de una mejor vida.
Al tercer dìa llegaron a la Muyuna, el Dios Sapo les estaba esperando, todo fue alegrìa, hombres y mujeres decìan arrodillados:”Gloria Señor, Gloria a tì nuestro Salvador”. Luego se trasladaron al lugar llamado Chontamuyo, ubicado a orillas de la Laguna Atumpozo donde habìa peces, aves y animales de monte.
Ya en el lugar, el Dios Sapo les hizo entrega de sus nuevas tierras, instàndoles a vivir en paz y trabajando solidariamente como lo hicieron en Sapo Perdido, los nativos escucharon con humildad las palabras de su Salvador, luego el Dios les dio su bendiciòn y se fuè. Al dìa siguiente procedieron a la parcelación y entrega de terrenos, emergiendo asì la NUEVA SAPOSOA, un hermoso pedazo del Edèn Amazònico.
Carlos Velásquez Sànchez
1 comentario:
hola tio espero que estes bien por alla pues todos los dias entro a tu pagina a ver las noticias y saber algo de saposoa pues aca a mis amigos de la costa les gusta leer los mitos y cuentos de la selva saludos a toso mi familia en especial para mis padres elena y antonio ah y a mi tia maria k muy pronto su pucashpo estara por alla jaja chao que dios te bendiga tio
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