lunes, 17 de febrero de 2014

MÁS TERRENOS Y MÁS MARES PERUANOS

Luis Ordóñez

Está bien ambicionar más terrenos y mares. Una ambición sana, sin perjudicar a otros, es simplemente cumplir mandatos genéticos de seres vivos. En cambio, está mal ambicionar objetivos externos, si antes no valoramos los recursos internos.

El mar peruano ¿Está siendo bien administrado? Las respuestas pueden ser variadas; sin embargo, a muchos compatriotas no les parece correcto que la pesca se lleve a cabo en completo desorden. Se pesca cuando no se debe hacer. Que inmensas embarcaciones extranjeras rastreras se llevan los peces del altomar, dentro las doscientas millas, sin que nadie diga nada, o las autoridades se hagan los ciegos y sordos. Se hace harina, de pescado que es exclusivo para consumo humano. En fin, ¿Los peces del mar, reciben atenciones alimenticias y médicas necesarias, para que puedan ser extraídas?

¿El mar peruano es tratado como un recurso natural que realmente lo apreciamos, lo queremos? Algunas personas dirán que sí; sin embargo, la realidad muestra aspectos adversos. Las aguas del mar son convertidas en depósitos de basuras. Las aguas del mar reciben millones de toneladas de residuos fecales humanos.

Las playas del mar también tienen lo suyo. Partes de la inmensa playa son consideradas como exclusivas para algunas personas que dicen ostentar jugosos recursos dinerarios, en donde las otras personas, que son la gran mayoría, simplemente no pueden acceder ¿Las playas del mar, así como algunos terrenos peruanos, sirven para demostrar abierta discriminación entre peruanos? Hace poco, una entidad, encargada dice de “formalizar la tenencia de la tierra”, con argucias poco elegantes, ha sido utilizada para vender parte de estos costosos terrenos a montos irrisorios, solo, por supuesto, a compañeros del partido político que estaba en el Gobierno Nacional.

Las aguas de los ríos llegan al mar, cargadas de restos fecales humanos, densas de suelos agrícolas y en pequeñas cantidades.

Tratar el tema del mar, no es mirar solo al mar como tal, es mirar el panorama general: Más allá de las doscientas millas, el estado en que se encuentran las islas, la vida de los peces, de los predadores, de los demás animales que viven en ese medio, de las aves, de los microorganismos, es considerar la vida de los pescadores artesanales, de las grandes empresas de pesca. Es mirar, las lluvias de la sierra y de la selva. Es detenerse a pensar sobre la cantidad de agua contaminada que llega de los ríos, quebradas y riachuelos. Es considerar sobre la cantidad de grasa, de combustible de las embarcaciones. De la cantidad de basura procedente de los navegantes. En fin, ya es momento de hacer un alto y unir los corazones y las mentes de los peruanos para enrumbar el futuro del mar peruano, con la mejor entrega humana a tan importante recurso. Si bien, quisiéramos más; pero, tratemos mejor a la parte que ya tenemos, que ya está bajo nuestra administración. Después de todo, este recurso, es de la naturaleza, es de Dios. El hombre solo lo administra por el corto tiempo que dura su vida. Por eso, si pensamos en más terrenos, en más mares, pensemos también en amar  y tratar mejor los terrenos y mares que ya tenemos.

 

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