lunes, 1 de abril de 2013

Discursos en zonas cocaleras

Se habla mucho de la apuesta por el “desarrollo lícito” en las zonas cocaleras de la Amazonía en esta última década. A pesar que aún existen más de 62 mil hectáreas de coca en el país, se señala al Modelo San Martín como un ejemplo concreto de ello. Son recientes las erradicaciones en bastiones claves de la coca como Monzón en Huánuco y Huipoca en Ucayali e incluso en zonas estratégicas del VRAEM el Estado redobla su inversión y concentra sus programas sociales buscando desterrar las prácticas del cultivo ilegal de la producción de la hoja de coca.

En todo este proceso los analistas y medios han destacado los proyectos económicos; la erradicación; el incremento de las incautaciones de insumos químicos. Sin embargo sobre el estratégico aporte mediático y comunicacional en la zona poco o nada se ha dicho, salvo algunos diagnósticos y estudios sobre el tema . ¿Cuál ha sido entonces la evolución del discurso en los medios locales? ¿Cómo han interactuado los cambios actitudinales de agricultores, autoridades y líderes locales con los medios? ¿Qué nuevos retos se presentan para los periodistas? Aquí veamos algunas ideas.

DISCURSO COCALERO EN LOS MEDIOS

Sin duda hasta medianos de la primera década del siglo XXI, el discurso mediático cocalero era predominante debido a la presencia activa de sus principales líderes en los medios; a la acción y presión política del movimiento cocalero en los medios; el descrédito absoluto en el que se había sumergido los programas de desarrollo alternativo; el interés de comunicadores que buscaban un protagonismo político radicalizando sus discursos; “al juego mediático” que le hacían muchos comunicadores al movimiento cocalero para “presionar” a DEVIDA-USAID buscando favores publicitarios, entre otros aspectos.

Había un rechazo mediático unánime, radial sobre todo, a las políticas de desarrollo alternativo y las políticas del Estado Peruano en general. El discurso antiestatista se manifestó en forma activa y explícita entre los años 2002 al 2005 en las zonas cocaleras del país. Un líder cocalero o pro-cocalero, antes que agrarista o gremialista era más “radialista”.

Por acción y omisión de las partes en conflicto (Estado, subestructuras estatales y cocaleros), los medios hacían eco de los mensajes, acciones y denuncias de los Cocaleros. Es decir, más que acciones políticas efectivas, fue el estratégico uso “propagandístico y/o de amedrentamiento” en los medios el accionar más exitoso de los prococaleros. Lograron un contundente consenso en la opinión pública, entre los líderes y autoridades locales y regionales y, sin duda, pusieron en el escenario político a nuevos cuadros de líderes mediáticos prococaleros.

Pero no solo ello, el discurso envolvió a líderes políticos, autoridades locales, incluso a líderes agrarios de otras actividades productivas. La lucha cocalera fue percibida como “justa”, “popular”, “anti-imperialista”, así se ofreció en los medios, y fue refrendado entre los frentes de defensa regionales, partidos políticos e intelectuales regionales, etc., dispuestos a defender “al humilde hermano cocalero”. Como puede apreciarse no había espacio o actor social y político de las regiones que dejarán de expresar su apoyo directamente .

En la otra orilla, las autoridades regionales de DEVIDA, menos sus profesionales y técnicos y los funcionarios de los Programas de Desarrollo Alternativo no estaban “autorizados” a una presencia política en los medios, para responder los cuestionamiento. Estas entidades buscarán un “respaldo mediático” entre los años 2000 al 2005 a través del canje publicitario y la creación de “redes de comunicadores” que sólo amenguo parcialmente ese desequilibrio informativo, buscando “rebatir la desinformación proporcionada en forma adecuada y convincente” por los prococaleros. Es más, este hecho provocó una mutua estigmatización y enfrentamiento verbal entre los periodistas.

CAMBIO SITUACIONAL

Pero que paso, qué cambio, que balanceo los discursos de las propuestas lícitas y que desacredito a los discursos cocaleros.

Lo más resaltante fue el avance de los programas de desarrollo alternativo en muchas localidades. Un actuar más efectivo, con resultados concretos, con un mayor involucramiento de los líderes y autoridades en los planes de acción, contribuyendo con sus propios recursos, todo ello fue un nuevo escenario favorable, para que los discursos mediáticos pasen de las denuncias a discursos más tolerantes.

Sin duda el desprestigio del movimiento cocalero con una agenda “acusatoria”, a la defensiva, no propositiva y la saturación de sus mensajes radiales, también fue otro factor sustancial. Sumo a ello que las acciones de erradicación fueron más intensas, ubicándose pozas de maceración y decomiso de insumos químicos, sobre todo en aquellos comunidades de donde provenían los dirigentes cocaleros, que a su vez los hizo actuar más violentamente contra estas acciones policiales , provocando una inmediata identificación en la opinión pública de la producción de esa coca como insumo para el narcotráfico, desmoronándose con mayor contundencia que en otras circunstancias un eje del discurso cocalero: “la defensa con nuestras vidas de nuestra hoja de coca sagrada”.

También los ecos del exitoso “Modelo San Martín” permearon el nuevo discurso más favorable al desarrollo alternativo entre los líderes, autoridades y agricultores locales, muchos de ellos, hicieron pasantías en esta región, buscándose un “efecto espejo”.

Los mismos agricultores, como actores mediáticos, fueron un factor esencial en este nuevo escenario. Cuando la prensa los abordaba, el agricultor se mostraba “golpeado”, mortificado por la erradicación, por el “incumplimiento” de las promesas de los programa de desarrollo, pero, paulatinamente, ellos mismos, fueron exhibiendo a esa prensa sus primeros logros: el crecimiento de los cultivos; la ejecución de obras; los aportes de los gobiernos locales y regionales; sus esfuerzos por la asociatividad e incluso la incipiente presencia de la empresa privada. En ese contexto el discurso de los medios fue virando hacia uno más tolerante y un reconocimiento a los éxitos de producción y comercialización de los productos alternativos, expuesto por los testimonios de los propios agricultores.

Escuchar a los agricultores era sentir nuevas expectativas, testimonios con una huella dolorosa pero buscando sobreponerse a las nuevas circunstancias, con una nueva fuerza moral para borrar el pasado que aún laceraba. Había una nueva sensibilidad y con ella una predisposición a los nuevos aprendizajes, del cual se sentían ávidos y capaces de implementar. Es decir, el agricultor identificaba, valoraba y se apropiaba de la asistencia técnica que le ofrecían. Todo ello llego a la radio. Eran testimonios concretos, efectivos y propositivos frente a los mensajes politizados y por ende en descrédito del discurso prococalero.

Las autoridades también cambiaron sus discursos. El año 2008 el presidente regional de Ucayali, Jorge Velásquez, decía: “DEVIDA y USAID se han metido a nuestra región por la ventana”, para dejar en claro que no tenía ningún vínculo, ni compromiso con las acciones de estas entidades, sobre todo con el Programa de Desarrollo Alternativo. Hace unos días la misma autoridad en la presentación de un nuevo programa de USAID, ha señalado: “USAID es nuestro principal aliado, ya no sólo en la lucha contra las drogas…”, incluso recortando que en ese largo camino de cambios fue declarado “traidor del movimiento cocalero”. También había autoridades distritales que no deseban ser involucrados con el PDA, sin embargo, han sido muchas de esas gestiones las primeras en implementar sus gerencias de desarrollo económico y darle mayor sostenibilidad y replicabilidad a las nuevas líneas productivas alternativas a la coca.

Todo ello ha transformado el discurso mediático de autoridades y líderes regionales.

Por otro lado, las medidas comunicativas de puertas abiertas a la información técnica de los programas de desarrollo; la visibilización de los responsables de la ejecución de eso programa, técnicos y directores; el “acercamiento” a la prensa de los avances de los programas, la interacción de la prensa con los propios agricultores; entro otras estrategias , sin duda permitió un giro al discurso ambivalente o prococalero de la prensa hacia un reconocimiento de dichas políticas. Esta estrategia en San Martín incluso ha motivado en la prensa un sentimiento regionalista identificándola como región emblemática en la Amazonía.

Los propios comunicadores tuvieron una evolución no sólo del discurso sino del mismo formato para abordar los temas. Incidieron más en las entrevistas a agricultores, expertos y técnicos, balanceándolo con la presencia de los líderes cocaleros. Era cada vez más notorio una mayor cercanía a los representantes del Estado, a los nuevos actores, a las experiencias comunales y familiares de cacaoteros, palmicultores, cafetaleros y, también a los programas sociales de prevención contra las drogas, programas educativos, salud y medioambientales. Un factor esencial de ello fue su presencia en el lugar de los hechos, las pasantías periodísticas estaban de moda. Entre los más radicales, se escucha decir: “reciban la ayuda, siembren su cacao, pero sin dejar su coquita”, esta ambivalencia los desacreditaba.

Pero a pesar de todo ello, el discurso cocalero no ha desaparecido y siempre existirá, pero hoy aparece “fraccionado, coyuntural y no sistemático e integral como antes” .

NUEVOS RETOS

Hoy los discursos mediáticos, sobre todo radiales, son más concertadores, más tolerantes, más dialogantes y los poco que siguen usando mensajes radicales y antisistema, han perdido empatía con la mayoría de la ciudadanía. Por ello sugerimos el abordaje de las siguientes líneas temáticas a los medios en estas zonas:

• Promocionar los procesos de consolidación de las asociaciones y comités comunales de productores que fortalezcan la productividad.

• Alentar la idea de la instalación de nuevas plantas de transformación o industrialización con el apoyo de la inversión privada.

• Llamar la atención sobre los procesos sociales que apoyen el desarrollo económico en las zona cocaleras; mejora de la calidad de vida en vivienda, salubridad, educación y medioambiente.
• Promocionar una participación más democrática del movimiento cocalero, que no ha muerto, exigiendo en sus propuestas políticas y nuevos liderazgos un enfoque integral a favor del agro.

Una segunda línea de propuestas estaría más ligada a la dinámica de los medios:

• Mantener una línea pluralista e investigadora

• Recoger las experiencias exitosas con una narrativa creativa

• Efectuar constantes pasantías periodísticas

• Trabajar proyectos comunicativos multimedios para favorecer diversas miradas al desarrollo de estas zonas.

• La prensa escrita nunca ha realizado reportajes a diferencia de la prensa nacional.
• Articular a través de los gremios o las redes, campañas comunicativas a favor de los programas estatales dirigidos a esta zonas, donde se incluyen los vínculos publicitarios.
• Abrir más la webb para testimoniar lo que sucede en estas zonas. Hoy solo la experiencia de INFOREGIÓN tiene un carácter interregional reconocido.

• Articular la agenda de la prensa local con la que manejan las oficinas de comunicación de los gobiernos regionales y locales, a través de convenios informativos.

• Efectuar sondeos de opinión sobre las percepciones ciudadanas en estas zonas.

Miguel Angel Rojas Bautista

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