viernes, 27 de septiembre de 2013

CAMBIO ACTITUDINAL


Luis Ordóñez

 “No. Hay un cambio actitudinal de estas nuevas generaciones”, asevera Lisho enfáticamente. “Nosotros somos hijos de migrantes y hasta ya somos abuelos también, jajajaja. Nacimos en esta selva bendita, nos dio la luz del día, el alimento, el aire, el agua y ahora la tierra para seguir la tradición agraria de nuestros padres. Ya nos sentimos selváticos jajaja” agrega.

El grupo está sentado en la orilla de la quebrada, bajo el manto verde de copas arbóreas. Tiran pequeños terrones al centro del pozo, provocando la llegada masiva de pequeñas anchovetas. Los movedizos boquichicos por momentos se colocan de costado, dejando relucir sus blanquecinas escamas. En la parte alta de las copas los shanshos se dejan notar por sus movimientos torpes y graznidos característicos. En la penumbra del interior del pequeño bosque vuelan decenas de aves de diferentes especies: pipitps, suisuis, tomásconcheros, pucushqueros, chuacos. En la parte más alta del árbol mayor, canta despreocupada una preciosa torcaza. Los insectos no están ausentes, hay ishichimis, izulas, curuhuinsis, indaneras. Al fondo, una casa de campana avispa cuelga de una delgada rama.

Este pequeño bosque de la orilla de la quebrada, que en buena cuenta es la faja marginal, es el habitad de estos animales silvestres.

-          Nosotros estamos plenamente conscientes de la importancia que tienen las fajas marginales – rompe el silencio Lisho; luego añade – pues, si nuestros padres cometieron errores bárbaros con esta generosa selva, para eso estamos nosotros, si bien no se pueden reparar esos errores, al menos, estamos convencidos, que son actitudes que no debemos cometer ahora.

-          Y no solo cuidamos las orillas – interviene la esposa, una mujer de ojos de gata, de tez blanca – sino, controlamos el ingreso de gente extraña a la quebrada.

-          Pero, si el agua es de todos – increpa una persona natural.

-          Está bien, el agua es de todos – responde la señora de Lisho -, pero, la gente que viene a la quebrada con fines de pesca, tiene malas intenciones.

-          ¿Cómo así?

-          En su talega trae barbasco machacado para envenenar las pozas, por tanto envenena toda la quebrada. O trae huaca machacada, en reemplazo de barbasco, también para envenenar el agua.

-          Ah.

-          Pero, no solo eso. En el recorrido por el curso de la quebrada, esta persona coge frutas de las huertas, plátanos, yuca. E incluso, agarra a las gallinas y patos. Con la ronda ya hemos analizado todos estos puntos. Por eso mejor nada. Si quiere pescar, que se dedique a la piscicultura en su terreno.

Casi todo el recorrido del curso de la quebrada está con fajas marginales boscosas. Los agricultores cuidan sus fajas, evitan el ingreso de pescadores furtivos. El agua cristalina de la quebrada es utilizada para el consumo y para el baño diario. Reciben permanentemente la visita de turistas internos y extranjeros. Se bañan en estas aguas frescas, limpias y transparentes, observando el nadar libre de los peces y el volar cadencioso de las aves.

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