viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Cuánto leen? No me importa (Néder Hidalgo Sánchez)


Acabo de leer en un diario selvático( VOCES) (Tarapoto) un artículo interesante de William Gallegos Arévalo sobre cuánto leen funcionarios públicos, autoridades, etc. En realidad no me interesa saber cuánto leen o si quieren leer o no, lo que me interesa es qué pueden hacer estos sin saber leer o escribir para que los demás no sigan ese lento camino al analfabetismo, porque no hay que olvidar que existe el analfabetismo por desuso, y en ese camino estaríamos todos cuantos sabiendo leer no leemos.

Esto me trae a la memoria que, hace algún tiempo, escribí un artículo publicado en la página de la DIGEIBIR y en una revista de mi tierra: "Desde ahora...regale un libro", en el que propongo tres cosas sencillas para ir acercándonos a la lectura, porque no sólo hay que leer libros o escritos para ser lector, se lee señales, dibujos, pinturas, avisos, caricaturas, la expresión del rostro, la conversación con los otros, etc. Decía que propongo, porque no basta con quejarnos de que la gente no lee, hay que dar alternativas; planteo estas tres cosas sencillas:

1. "Hablar con los muertos", es decir, que sin pretender dar voz a los muertos, debemos leer libros, allí están, libros como muertitos esperando que alguien los abra, pueden los autores estar ya en mejor vida –porque puede ser que después de la muerte se pase a otra vida, así dicen ¿no?-; sí, hablar con los muertos es leer libros, hay que leer sin descanso, sin tiempo, sin espacios, donde sea, a alguien se le ocurrirá hacer lo mismo.

2. "Hablar con los vivos", significa también leer, es decir que el conversar con la gente, nos conduce a aprendizajes importantes, porque todos conocen algo que nosotros ignoramos, conversen con un campesino, y van a aprender cosas elementales de la chacra, conversen con un vendedor del mercado y van a saber cómo se mueve la actividad comercial, conversen con un niño y van a ver cuántas interrogantes te obligan a buscar información, no se queden callados conversen todo cuanto puedan.

3. "Hablar con uno mismo", parece locura, pero hablar con uno mismo es importante, y es otra forma de leer, que hacemos, que no hacemos, como estamos interactuando con los demás, hablar con uno mismo es, en suma, reflexionar, así de simple, y es también una forma de leer.

Termino contándoles algo, antes que se aburran de leer este aburrido artículo: cuando mi amigo Ricardo Virhuez Villafane, autor de innumerables libros me llama un día para preguntarme qué estaba leyendo, le contesto que nada, me pregunta por qué, y le digo porque no tengo tiempo... después de casi un minuto de silencio vuelve a tomar el hilo de la conversación y me dice secamente... "¡lee sin tiempo, idiota!".

Desde ese día leo sin tiempo, y leo más que cuando no tenía tiempo.

* Néder Hidalgo Sánchez es especialista de la Dirección General de Educación Intercultural Bilingüe y Rural del Ministerio de 
Educación

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