Jaén
(Cajamarca).- Al mirar
por primera vez el raro artefacto de piedra, da la impresión que su mirada
penetrante se clava en los ojos de uno. Solamente es la figura de una cabeza,
parcialmente definida, pero en la que se puede notar tras el tallado los rasgos
aparentemente de una persona.
Nariz, pómulos,
labios, quijada, cejas, orejas dibujadas en bajo relieve, además del
complemento de los ojos que han sido definidos colocando dos semillas de
choloque (sapindus saponaria), los mismos que están asegurados a la piedra con
un extraño material tan fuerte como la roca misma, que pesa unos 3 kilos,
aproximadamente.
Fue el pasado 07 de
agosto, cuando la familia Altamirano Alejandría de la comunidad El Laurel,
distrito de Las Pirias (Jaén), se encontraba realizando una excavación para una
letrina a unos 10 metros de distancia de su casa en una zona descampada, cuando
sus herramientas se toparon con una roca de regular tamaño, que al sacarla
mezclada y ensuciada con la tierra tenía una forma extraña.
Federico Altamirano
Pérez, su esposa Estefa Alejandría Vásquez y su hijo Jhony Carranza Altamirano,
lavaron la roca buscando quitarse la dudas si eso era más que una simple
piedra. En verdad eso fue lo que sucedió, se quitaron la duda porque ante sus
ojos, en la medida que el agua quitaba la tierra, el objeto lítico mostraba la
forma de un rostro humano.
La roca estaba
ubicada a medio metro de profundidad, en una zona donde nadie vivía antes que
ellos, según cuenta la misma señora Estefa Alejandría, quien además señala que
el área donde la encontraron, es un terreno firme que su familia conoció así
desde que llegaron, por eso se mostraron tan extrañados con el hallazgo que han
decidido conservarlo.
La figura tiene otra
particularidad, pues ha sido tallada en una piedra de río, y en la zona no hay
ningún río, salvo la quebrada Tumbillán que se encuentra en la parte baja, pero
las rocas son diferentes a ésta. Por otro lado, los ojos que están definidos
por la colocación de los choloques, hacen pensar que la elaboración de éste
objeto debió ser en una zona cálida, ya que ese árbol no crece en las alturas
como el caserío El Laurel, donde se encontró la figura.
La familia
Altamirano Alejandría tiene el objeto en su vivienda para ser mostrado a
cualquier persona que quiera asegurarse por sí mismo de su veracidad, es por
ello que lo llevaron -incluso- a radio Marañón para darlo a conocer. Así mismo
serán puestos en contacto con un arqueólogo o paleontólogo para que le realicen
estudios.
Carlos Velásquez
Sánchez
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