Muchos colegas periodistas de medios de comunicación nacional están siendo amenazados, otros juzgados en el Poder Judicial por la insensatez de funcionarios y trabajadores del Gobierno Central, Regional y Locales, a quienes les irrita estas críticas. Y es por eso que muchos periodistas se encuentran en prisión acusados siempre por estos funcionarios corruptos. Todo esto por el solo hecho de denunciar corrupciones e inmoralidades que siempre cunde en la administración pública.
Solo por usar el derecho de la crítica con la verdad adelante y no por afán opositor o espíritu denigratorio, simplemente por la obligación de decir la verdad con pruebas. Sea como fuere, la libertad de expresión sigue juzgada como siempre, así como lo fue en las peores décadas de la dictadura. Y aquí, claro el directo perjudicado sigue siendo el pueblo, ya que los medios de comunicación son los que fortalecen la capacidad de denuncia del pueblo, controlando y fiscalizando a todos aquellos que nos gobiernan o manejan la cosa pública.
Vivimos épocas difíciles con manifestaciones claras de corrupción de funcionarios, narcotráfico, altísimos niveles de pobreza y extrema pobreza, violación a la Ley y a la Constitución. Y no es posible que la prensa o el pueblo se calle o todo èsto se transforme en impunidad por siempre.
Y solo con una información responsable y de investigación destapará con su nombre propio el manejo del Estado y del Gobierno. Aquí nadie podrà negar que en la administración pública se mueven extraños intereses como: viàticos, viajes, sobresueldos y coimas, venta de puestos y favores políticos, entre otras lacras que giran en torno a los grandes jefes y autoridades. Pues, allí están los medios de prensa independientes en defensa de las libertades y con el derecho de fiscalización que les compete, firmes en el derecho de decir la verdad, aunque esto les cause irritación a estas autoridades o funcionarios.
Actuando así servimos al pueblo y no a intereses personales y debemos acostumbrarnos al ejercicio de la crítica constructiva, porque sino PEOR VA A SER.
Carlos Velásquez Sànchez
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