miércoles, 4 de marzo de 2009

REFLEXIONES

Por: Mg. Sc. Horacio Quiroz Abanto
Regidor Municipalidad Provincial de Huallaga

Mucho se ha dicho en los últimos tiempos sobre las ventajas que nos brindará la firma y puesta en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, con la llegada de sus beneficios tanto económicos como sociales a nuestros productores, ante la posibilidad de vender a ese gran mercado; sin embargo hay razones de peso que ponen en duda las ventajas y más bien nos alertan sobre el impacto negativo que éste tendrá en la economía rural de nuestros agricultores, las razones que ponen en duda las ventajas del TLC se fundamenta en el inmenso apoyo que brinda el Estado Norteamericano a sus agricultores para producir cultivos como maíz, algodón y otros, los mismos que competirán prontamente en desigualdad de condiciones con nuestra producción local, y para ilustrar esta situación tomaremos como referencia el Tratado de Libre Comercio firmado entre México, Canadá y Estados Unidos en el año 1,994 llamado NAFTA, el mismo que generó la pérdida de más de un millón setecientos mil puestos de trabajo en el agro mexicano, en nuestro país se habla que más de 2 millones de agricultores podrían ser expulsados del campo para convertirse en ciudadanos de ciudad.

El TLC ya está en vigencia, entonces lo que queda por delante es trabajar la agenda agraria interna del país y por ende de nuestro Departamento, lo cual debe contemplar entre otros puntos el fomento de la investigación básica por parte de los Institutos de Investigación como el INIA, de las Universidades y otros, para lo cual el Estado en sus niveles Regional y Central deben apoyar con más decisión el financiamiento de programas de investigación y que estos conocimientos generados lleguen al hombre del campo, como lo hace el Estado Chileno a través de la Fundación Prochile; quienes por cada dólar invertido en investigación recuperan 4 dólares en impuestos; sin embargo como refiere el Doctor Marcel Gutiérrez la investigación es un punto débil en nuestro país, toda vez que si contamos todos los centros de investigación, nuestros científicos no sobrepasan los 250, esa cantidad en otros países es la del personal de un solo departamento de estudio de un instituto; así mismo la inversión en ciencia y tecnología ha decaído de 0.4% al 0.1% del PBI, lo cual es grave debido a que la tendencia mundial busca relacionar el desarrollo con la producción de nuevo conocimiento; otros puntos que deben ser incluidos en esta agenda es la creación de leyes que faciliten los negocios agrarios, así como la búsqueda de mercados de productos locales potenciales.
Sino accionamos pronto, la migración del campo a la ciudad será el común denominador en las grandes urbes y, demostrado está, como lo corroboran los estudios, que generar un empleo urbano cuesta 6 veces más que hacerlo en la zona rural, otros estudios informan que mantener una familia en una ciudad grande cuesta al Estado 22 veces más caro que en el campo; entonces, si el Estado por falta de recursos no consigue solucionar los problemas de las familias rurales en el campo ¿cómo podrá hacerlo en las ciudades si ello cuesta 6 o 22 veces más caro?.

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