Luis Ordóñez
Con la vehemencia arrebatadora de la juventud, con el conocimiento de las ciencias agrarias, con la experiencia de campo en varios valles de la selva peruana, obedeciendo al llamado de la conciencia, de aportar como hijo de la tierra con una visión clara de progreso de San Martín, decidí elaborar un documento técnico denominado “Proyecto de desarrollo agropecuario de la provincia de Huallaga”, allá en las postrimerías del segundo quinquenio de los ochenta. El documento fue verificado por economistas, por varios Ingenieros agrónomos y políticos (Congresistas de la Nación). Iniciado este proyecto, se haría la réplica en las demás provincias de la región.
La embajada de Finlandia aprobó el proyecto y estaba a punto de disponer su ejecución en los primeros años de los noventa. Lamentablemente los conflictos internos del Perú con la subversión hicieron retroceder tal decisión.
El documento era sencillo y claro. Establecer cinco mil nectáreas de Café, cinco mil hectáreas de Cacao, cinco mil hectáreas de Achiote y mil hectáreas de pasturas mejoradas en el ámbito de la provincia de Huallaga.
La propuesta se fundamentó en el recurso tierra existente. Huallaga tiene más de quince mil hectáreas de terrenos para cultivos. En la región San Martín hay alrededor de 500,000 hectáreas de tierras para uso agropecuario. De ésta cantidad se están utilizando 312,000 hectáreas anualmente, aunque en forma desordenada.
El presupuesto estaba bordeando los sesenta millones de nuevos soles. Pero, era un presupuesto en calidad de préstamo; pues, con la exportación de los productos se iría pagando el crédito año tras año. Luego vino el autogolpe de abril de 1992 y el proyecto simplemente se dejó de mencionar porque se implantó la autocracia en el país.
En aquellos tiempos, luchábamos con tenacidad ante la inconsulta decisión del Presidente Alan García de aliar al departamento de San Martín a la región III con La Libertad.
Recuerdo con bastante claridad, en un discurso popular en la plaza pública de Tarapoto, planteamos convertir a San Martín en una gloriosa Región Autónoma exportadora, de productos de calidad. Luego del discurso, muchos dirigentes me preguntaron sobre lo manifestado. Fui claro en decirles que por la ubicación mediterránea, San Martín debe orientar su trabajo a producir productos de exportación. Que por las condiciones agroecológicas e históricas, San Martín debe producir Café, Cacao, Achiote, abundante leche de ganado bovino y variedades no tradicionales. Arguyendo además, que no es igual vender un producto a diez kilómetros de distancia de la chacra al mercado como los productos de la costa, que a mil kilómetros de distancia como los de la selva. Por eso, para cubrir ese sobre costo de flete, era recomendable producir productos de exportación y mucho mejor venderlos procesados.
En aquel momento, década del ochenta, migró una fuerte masa de jóvenes a establecer plantaciones de Coca en la provincia de Huallaga. Entonces, los esfuerzos hechos para iniciar con el café, incluso trayendo un saco de buena semilla de Villa Rica, simplemente se quedaron en vano.
El planteamiento ha seguido por decenas de años y ha calado firmemente en los técnicos y agricultores, que a estas alturas del tiempo, primeras décadas del nuevo siglo, se están dando los primeros pasos, aunque en desorden, pero, el trabajo prospectivo y visionario realizado está rindiendo frutos.
En buen romance, la ejecución del planteamiento de capitalizar las parcelas con cultivos permanentes de exportación no es de ayer o de una institución, sino, es el planteamiento de Ingenieros Agrónomos como un valioso aporte de los hijos a su Región Autónoma San Martín.
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