El cambio del clima debe ser tema de preocupación generalizada.
Hasta la década del setenta del siglo pasado, el clima, referido básicamente a
la lluvia, determinaba la planificación de las actividades agrarias. Los
agricultores calendarizaban sus actividades y se agenciaban de los equipos, del
personal y de los insumos que necesitaban para ejecutarlas. Así, se sabía que
las lluvias aparecían en setiembre y continuaban hasta noviembre. Diciembre era
el mes de ausencia de lluvias. De nuevo en enero aparecían las lluvias. En
febrero la frecuencia era mayor y en marzo ocurrían las lluvias más severas,
que provocaban sin duda las crecientes y desbordes de los riachuelos, las quebradas y ríos de la selva. En abril disminuían y
terminaban en mayo. Los meses de ausencia de lluvias eran junio, julio y
agosto.
Las plantas descansaban en estos tres meses de ausencia de lluvias.
Luego, en setiembre, con la llegada de las lluvias, las plantas brotaban nuevas
raíces, hojas y flores, iniciándose el ciclo anual de actividades productivas y
reproductivas. El descanso de las plantas, se podría considerar como un post
parto, un descanso luego de la cosecha de los frutos.
Los técnicos agrarios y agricultores, hacían el seguimiento de la
fenología de los diversos cultivos para elaborar el plan de actividades del
año. Así, desde la cosecha de los frutos: marzo, abril, mayo, se hacían los
viveros para la producción de plantones, que estaban listos para el trasplante
en setiembre. Los plantones en campo definitivo crecían hermosos con las aguas
de lluvia. Imaginémonos la sincronización de hacer viveros justo cuando se está
realizando la cosecha, con semillas frescas. La ejecución del trasplante a
campo definitivo justo cuando hay lluvia.
El cambio de clima que se experimenta ahora, debe preocupar a toda la
comunidad, porque no permite planificar el desarrollo de las actividades
agrarias, especialmente de las que se realizan en secano (84 %). Aquí están
todos los cultivos de la selva, a excepción del arroz, como los alimenticios y
agroindustriales.
La sugerencia de medidas a adoptar por parte de las autoridades, es
tomar muy en serio, el uso del territorio. Si bien hasta ahora se ha
desarrollado una agricultura totalmente desordenada, como consecuencia de políticas
ambiguas y desinterés de parte de las autoridades, empero, se podría paliar en
parte, disponiendo medidas correctivas, como destinar el 30 % de la parcela
para bosque familiar intangible y fajas marginales también intangibles, área de
producción de alimentos y área de producción de cultivos agroindustriales. El
término es DISPONER, porque los terrenos son del pueblo peruano que les da en
uso a sus habitantes; pero, con condiciones de uso bien definidas, que ahora no
existen o son ambiguas. Estas decisiones son políticas, que fundamentalmente
deben tener alma, de autoridades que realmente aman a su patria. Así, podremos
menguar en parte, los efectos devastadores del cambio del clima en la selva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario