martes, 23 de octubre de 2012

EL CAMBIO DEL CLIMA EN LA SELVA

Luis Ordóñez

El cambio del clima debe ser tema de preocupación generalizada. Hasta la década del setenta del siglo pasado, el clima, referido básicamente a la lluvia, determinaba la planificación de las actividades agrarias. Los agricultores calendarizaban sus actividades y se agenciaban de los equipos, del personal y de los insumos que necesitaban para ejecutarlas. Así, se sabía que las lluvias aparecían en setiembre y continuaban hasta noviembre. Diciembre era el mes de ausencia de lluvias. De nuevo en enero aparecían las lluvias. En febrero la frecuencia era mayor y en marzo ocurrían las lluvias más severas, que provocaban sin duda las crecientes y desbordes de los riachuelos, las quebradas y ríos de la selva. En abril disminuían y terminaban en mayo. Los meses de ausencia de lluvias eran junio, julio y agosto.

   Las plantas descansaban en estos tres meses de ausencia de lluvias. Luego, en setiembre, con la llegada de las lluvias, las plantas brotaban nuevas raíces, hojas y flores, iniciándose el ciclo anual de actividades productivas y reproductivas. El descanso de las plantas, se podría considerar como un post parto, un descanso luego de la cosecha de los frutos.

   Los técnicos agrarios y agricultores, hacían el seguimiento de la fenología de los diversos cultivos para elaborar el plan de actividades del año. Así, desde la cosecha de los frutos: marzo, abril, mayo, se hacían los viveros para la producción de plantones, que estaban listos para el trasplante en setiembre. Los plantones en campo definitivo crecían hermosos con las aguas de lluvia. Imaginémonos la sincronización de hacer viveros justo cuando se está realizando la cosecha, con semillas frescas. La ejecución del trasplante a campo definitivo justo cuando hay lluvia.

   El cambio de clima que se experimenta ahora, debe preocupar a toda la comunidad, porque no permite planificar el desarrollo de las actividades agrarias, especialmente de las que se realizan en secano (84 %). Aquí están todos los cultivos de la selva, a excepción del arroz, como los alimenticios y agroindustriales.

   La sugerencia de medidas a adoptar por parte de las autoridades, es tomar muy en serio, el uso del territorio. Si bien hasta ahora se ha desarrollado una agricultura totalmente desordenada, como consecuencia de políticas ambiguas y desinterés de parte de las autoridades, empero, se podría paliar en parte, disponiendo medidas correctivas, como destinar el 30 % de la parcela para bosque familiar intangible y fajas marginales también intangibles, área de producción de alimentos y área de producción de cultivos agroindustriales. El término es DISPONER, porque los terrenos son del pueblo peruano que les da en uso a sus habitantes; pero, con condiciones de uso bien definidas, que ahora no existen o son ambiguas. Estas decisiones son políticas, que fundamentalmente deben tener alma, de autoridades que realmente aman a su patria. Así, podremos menguar en parte, los efectos devastadores del cambio del clima en la selva.

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