Luis Ordóñez
La
democracia se sustenta en el estado de derecho de las personas, en el
cumplimiento de normas. La Constitución Política, que es la Norma Mayor,
establece que las normas se hacen para el cumplimiento de todas las personas.
Sin embargo, en los últimos tiempos, los legisladores han creado normas
excluyentes.
Ha llamado
la atención una norma del sector trabajo, en la cual, se excluye a trabajadores
del legislativo, a los de la Sunat, a los trabajadores del Banco Central de
Reserva, etc. ¿Qué se pretende con esta exclusión, en un periodo de supuesta
inclusión? Valga la suerte de seleccionadas familias para beneficiarse
económicamente con los tributos de todos.
Ocurren
situaciones similares con trabajadores de algunos sectores del Estado: Minería,
petróleo. ¿Estos recursos no corresponden a todos? ¿Por qué unas pocas personas
son beneficiadas con los recursos de todos los pobladores del país? ¿Estos
recursos naturales son de propiedad de éstas personas?
El hecho de
tener el privilegio de participar en la legislación, no implica pensar y actuar
en temas domésticos; por el contrario, recoger los pensamientos y sentimientos
de la población, a fin de propender en la legislación de temas del interés
general.
La población
está perdiendo credibilidad e incluso respeto a las leyes. Existen suficientes
argumentos inductores a este natural comportamiento: El descomunal afán de
algunos congresistas de extraer la mayor cantidad de dinero de las arcas del
legislativo, el accionar desleal al pueblo de un Vicepresidente de la
República, el mal accionar de autoridades elegidas, de autoridades designadas,
los comportamientos reprochables de policías, en fin. La percepción de un
grueso porcentaje de la población, es “si las autoridades no cumplen las leyes
¿Por qué tenemos que cumplir nosotros?”
El tema que
siempre está flotando en la mente del poblador es sobre las reelecciones. Sino
no hay reelección del Presidente de la República ¿Por qué hay reelección de
Congresistas, de Presidentes regionales, de Alcaldes? Esta norma también debe
ser horizontal, para todos. El estribillo popular es: “Toda reelección es
corrupción” En el fondo, el estribillo canta el sentir y expresión de todo un
pueblo. Empero, los actores que danzan en la esfera de la corrupción, al
parecer no se dan por enterados, tienen las miradas fijas en sus bolsillos que
no escuchan la canción de la gente.
La democracia será más sólida, en la medida que las
leyes sean respetadas, que las leyes sean realmente inclusivas a todos los pobladores
del país, de manera horizontal, sin exclusiones. La ley es para todos, o no es
para nadie. Mantener el valor de las leyes es una obligación cívica de los
pobladores, aunque, como las autoridades llevan mayor peso de la
responsabilidad, entonces el respeto a las normas legales tiene mayor impacto.
De esa manera, el valor de las leyes irá cada vez recobrando el sitial que
siempre le ha correspondido.
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