viernes, 15 de octubre de 2010

AMENAZAS DE MALDAD



07 oct10

Luis Ordóñez

Las amenazas frecuentes de muchos candidatos ganadores a las alcaldías son: “auditoría a la gestión que termina; y la consiguiente denuncia al Alcalde y regidores salientes, si es posible hasta verlos en la cárcel”. Cuan equivocado está este ciudadano que acaba de recibir la confianza de la mayoría de la población, para administrar los recursos municipales por cuatro años. Él debe hacer una pausa y seguidamente, armonizar con la ciudadanía de su jurisdicción, de manera individual y organizada. Debe estar engarzado con la gran mayoría, aún con quienes no le dieron el voto, para organizar el plan y la ejecución de los proyectos de interés comunal. Recuerde Alcalde electo, el Alcalde saliente, tiene amistades, adeptos y familiares.
Las comisiones que se forman (de ambos lados), para llevar adelante el proceso de transferencia, deben trabajar de manera rápida, transparente y efectiva. Toda la información debe ser compilada en documentos firmados por los responsables de las diferentes áreas. Este es el documento inicial de la nueva gestión; y tanto el entrante como el saliente deben tener su respectiva copia.
La gestión en marcha debe hacer sus propias auditorías anuales. Este trabajo tiene un costo; pero, debe hacerse, tiene que presupuestarse. Hay la necesidad de ir ordenando y limpiando la administración, de errores, de omisiones y quizá de exabruptos. Estas auditorías anuales, si están presupuestadas, deben ser autorizadas por la Contraloría General de la República. Además, las Municipalidades, deben implementar su Oficina de Control Interno, a efectos, de que permanentemente se revise los actos administrativos, técnicos y jurídicos ejecutados.
Si la gestión que termina no hizo su propia auditoría, entonces, la entrante debería disponer la realización de la auditoría. No con la intención malsana de pretender ver en la cárcel al Alcalde saliente; sino, de sanear la documentación, que sirve de precedente para iniciar una próxima buena gestión.
No es bueno que el Alcalde entrante, disponga la realización de una auditoría con esa mala intención; pues, dentro de cuatro años, que pasan como un abrir y cerrar de ojos, esa mala intención re caerá en él mismo, cuando sea saliente y entre otro Alcalde a gobernar la Municipalidad. “No hagas a otro lo que no quisieras que hagan contigo”.

Si en el proceso de auditoría, existen situaciones que atentan contra las normas de una buena administración; pues, si entonces, los responsables tendrán que brindar las respectivas aclaraciones en la instancia correspondiente. No por la voluntad expresa del Alcalde entrante; sino, por las mismas personas que incurrieron en estas faltas.

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