viernes, 18 de diciembre de 2015

MARACUYA : FRUTO DE LA PASIONARIA


El maracuyá es una fruta muy popular y consumida en nuestro medio, ya que la selva de nuestro departamento es produc­tora de maracuyá siendo una de las frutas favoritas para los refrescos y en la gastro­nomía selvática usada para la preparación de aliños para ensaladas en remplazo al li­món por su sabor ácido.
El nombre científico del Maracuya: Passiflora Edulis, deriva del latín Passio –pasión, y flos– flor, es decir Flor de la Pa­sión ya que al ser descubierta por los Je­suitas en 1610, estos compararon las flores del maracuyá con símbolos de la pasión de Cristo, así pues la apariencia de la flor, es similar a una corona de espinas; su es­tructura pentarradial (5 puntas) recibió una interpretación teológica, con los cinco pétalos y cinco sépalos simbolizando a los diez apóstoles (doce, menos Judas Iscariote y Pedro), mientras que los cinco estambres representarían los cinco estigmas, los tres pistilos corresponderían a los clavos de la cruz y sus zarcillos representan los látigos con los cuales Cristo fue golpeado, por esto el maracuyá también es conocido como la fruta de la pasionaria. En el antiguo Perú ya era consumida y se la llamaba Poro-p’os­qo que en su traducción española significa “bolsa ácida”.
La pasionaria es oriunda de zonas cáli­das de Sudamérica y Centroamérica y su fruto el cual nosotros conocemos como maracuyá deriva de mburucuja su nom­bre en portugués. El maracuyá es rica en vitaminas; 100 mg de esta fruta cubre las necesidades de vitamina C, también con­tiene vitamina A, vitaminas del complejo B y algunos minerales como el potasio y el magnesio por ello tiene muchos beneficios como reducir la presión arterial. Al ser ba­jo en calorías es ideal en dietas para bajar de peso, reduce los niveles de colesterol en el cuerpo, posee propiedades antiinflama­torias propicias para personas con artritis reumatoide, es diurético ayudando a elimi­nar sustancias tóxicas del organismo, favo­reciendo al sistema urinario, ayuda a tratar la depresión y algunos estados alterados del sistema nervioso, el jugo de maracuyá combate el crecimiento de células malignas en el cuerpo porque colabora en prevenir el cáncer, contiene alto contenido de fibra mejorando el tránsito intestinal y evitando el estreñimiento.
La pulpa, el zumo, pero en especial las flores y hojas de maracuyá en infusiones tiene un efecto relajante que puede utili­zarse como sedante ligero o como calman­te para dolores musculares o cefaleas por contener alcaloides como el harmano y el harmol, sirviendo además para combatir el insomnio y el stress. Una o dos tazas de in­fusión al día son suficiente para estos efec­tos, pero es contraindicado en gestantes y niños menores de tres años, justamente por los alcaloides y efecto sedante que posee.
Se debe consumir el maracuyá comple­tamente maduro ya que al estar verde po­see cianogénicos que son tóxicos.
Si vamos a preparar en jugo no debemos triturar mucho las semillas ya que le darán un sabor amargo. Teniendo estos cuidados disfrutemos de la Pasionaria y su fruta el maracuyá, lo más seguido que podamos.


Carlos Velásquez Sánchez

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