sábado, 18 de junio de 2016

EN EL DIA DEL PADRE


TIEMPOS MARAVILLOSOS, TIEMPOS DE REFLEXIÓN
Quizás ,no es el momento de decir y expresar lo que ahora me pasa, existen circunstancias en nuestra vida que nos llenan de valor y decidimos respirar y expectorar la acidez que llevamos dentro, claro no la acidez que nos perjudica, sino la acidez del cual necesita nuestro sistema metabólico para nuestro proceso alimenticio, y en este caso la acidez para expresar la armonía que viví, sentí, compartí, claro era tan pequeño , así observaba mi entorno lleno de alegría que brotaba de mis dientes, ohh mis dientes. Entonces aquellos tiempos de mi infancia super protegido por papá y mamá, no permitían que nada me lastimara, desde entonces comprendí el valor de una madre, el valor de un padre. Pasaron muchos años estaba ya grandecito, alegría para mí, jugar en la escuela, compartir los gritos, las peleas, las cóleras que son resultados de la convivencia con otros mundos que compartías los días de clases.
Siempre fue celebrativo el día a Mamá, elaborábamos cartas, cuadros, adornos con los materiales que encontrábamos y nuestra profesora con toda la dulzura nos motivaba a escribir frases para dedicarle a la mujer que nos da aliento de vida, esperanza y protección. Así construí el valor del amor hacia mi madre…… ¡¡¡ Y para mi padre, casi nada¡, muy poco se hablaba del valor del padre, bueno eso me paso desde mi infancia ,el ausentismo del concepto de revalorar la importancia a papá fue muy escaza.
Una mañana muy temprano escuche voces de que papá tenía que viajar a Lima a visitar a unos familiares, después de tantos días de ausencia, regreso de su viaje. Cuando llego mi padre, al verlo entrar a casa lo primero que hizo es sacar de su maletín una pelota de futbol de  cuero totalmente nueva que compro para mí, vaya que alegría, en ese instante aprendí a sentir la verdadera alegría que brotaba de mis ojos, me sentí el niño importante, tan solo pensé que los  futbolistas de mi pueblo solo tenían derecho de jugar con una pelota de cuero y yo ya tenía la pelota, jamás tuve acceso a patear una pelota así, y peor quién me compraría ¡mi padre¡  me regalo, quizá él pensó o quiso que tendría inclinación por el futbol como lo fue , él fue futbolista siempre participaba en los campeonatos representando a su trabajo.
 Al compás del tiempo también crecía, y mi interés por la lectura aumentaba, leía revistas animadas de aquellos tiempos, ya estaba en el 4to grado de primaria. Otra vez papá, lo vi cuando realizaba la compra de una colección de cuentos acompañado de su diccionario a un vendedor que de tiempo en tiempo visitaba los pueblos a ofrecer textos de diversas materias ,compro la colección de cuentos para aprender a leer así pensó , desde entonces comprendí que papá siempre será el vigilante, el defensor, el animador, el bueno, muchas veces el malo, el ignorado, el criticado, él líder, pero es mi padre quien con sus gestos invisibles sembró alegría en su engreído hijo.
Los años pasaron rápido, Estoy viejo, asumo el papel lo que me dejo mi padre, trato de sembrar alegría en mis hijos, ellos están lejos, por muchos factores ,siendo el más letal la globalización que los controla a través de sus medios operativos, su presencia es como un médico que por un momento visita al paciente para mirarlo y recetarlo alguna medicina si el caso así lo requiera, y luego regresan a sus actividades que el sistema les da, la nostalgia nuestra compañera eterna está presente y tal vez no quiera irse .Por  ahora en estos tiempos modernos, es esperar que llega la primavera para sentir el aroma de las flores, los cantos de las hermosas aves lo que nos anima a seguir respirando y esperar ,esperar la llegada de ese ser, tu hijo que tan solo su presencia te brinda los átomos de oxígeno para la energía de tus células y continuar existiendo ,vigilando, observando, animándolos a buscar su libertad de los monstruos que pretenden dominarlos, controlarlos y convertirlos en seres sumisos de este sistema toxico para nuestros hijos.
 También es verdad en nada se compara nuestra presencia terrenal frente a las mujeres que son madres y padres a la vez, son personas invencibles, que luchan por el bienestar de sus hijos, en este día de reflexión, saludo a las mujeres que cumplen las funciones de padre que con mucho amor y cariño hacen grandes a sus hijos.
Carlos Velásquez Sánchez


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