lunes, 25 de marzo de 2013

DECISIÓN FIRME

Luis Ordóñez

Los tres hijos ya son profesionales y los padres deciden distribuir los bienes. “No papá, el bosque familiar de la parcela rural no se repartirá”, fue la opinión unánime de los hijos.

El papá fue docente y optó dedicarse a la actividad privada para obtener los recursos suficientes que se necesitaba en el estudio superior de los hijos. Con el pago por los servicios prestados a la nación, adquirió casi cien hectáreas de terreno rural. Se dedicó a la ganadería y a la producción de cítricos y Cacao. La producción de ganados y cítricos fue comercializada en Iquitos; para ello, trasladaba por carretera a Yurimaguas; y de allí, por agua a Iquitos. La mitad del terreno, por decisión familiar, ha sido destinada como bosque familiar.

Los hijos, desde muy pequeños, apoyaban en los quehaceres de la chacra y tenían pleno conocimiento del bosque familiar, que fue una decisión unánime y que es un tesoro natural del futuro.

El bosque familiar se encuentra a orillas de la margen izquierda del río, y en su interior guarnece varios ojos de agua, que son el nacimiento de riachuelos. Hay varias colpas, que son los bebederos naturales de animales silvestres.

Los propietarios han dado a conocer al vecindario y autoridades, que el bosque familiar es intangible, que está prohibido el ingreso a personas ajenas y que está prohibida la caza de los animales silvestres.

Padres e hijos eventualmente hacen sus recorridos por el interior del bosque a modo de gozo espiritual; pues, el campo magnético del interior del bosque, llena de paz el corazón del hombre, además de inundar de oxígeno el pulmón. Sin embargo, observar la vida natural de los animales silvestres, como el baño de los sajinos en la colpa, el volar cadencioso de la pucacunga, hace sentir como la vida en el Edén.

Así, los padres que ahora visten canas, deciden sostener diálogo con los hijos adultos. Lo rescatable es la decisión firme de los tres: “El bosque familiar sigue siendo intangible, indivisible para nosotros; porque la riqueza vegetal no solo será nuestra, sumando económicamente los pies tablares de los cientos de ishpingos, de caobas, cedros, mohenas, así como hace y piensa cualquier mortal; sino, será también de la comunidad aledaña, por el oxígeno que proporcionará en el tiempo. Además, seguirá siendo la casa donde vivirán de manera natural los animales silvestres como el sajino, el añuje, el picuro, la carachupa, las aves”. Los padres concluyeron: “Es la decisión firme de ustedes hijos, ya saben lo que hacen, nosotros los padres la respetamos”.

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