Los tres hijos ya
son profesionales y los padres deciden distribuir los bienes. “No papá, el
bosque familiar de la parcela rural no se repartirá”, fue la opinión unánime de
los hijos.
El papá fue docente
y optó dedicarse a la actividad privada para obtener los recursos suficientes
que se necesitaba en el estudio superior de los hijos. Con el pago por los
servicios prestados a la nación, adquirió casi cien hectáreas de terreno rural.
Se dedicó a la ganadería y a la producción de cítricos y Cacao. La producción
de ganados y cítricos fue comercializada en Iquitos; para ello, trasladaba por
carretera a Yurimaguas; y de allí, por agua a Iquitos. La mitad del terreno,
por decisión familiar, ha sido destinada como bosque familiar.
Los hijos, desde
muy pequeños, apoyaban en los quehaceres de la chacra y tenían pleno
conocimiento del bosque familiar, que fue una decisión unánime y que es un
tesoro natural del futuro.
El bosque familiar
se encuentra a orillas de la margen izquierda del río, y en su interior
guarnece varios ojos de agua, que son el nacimiento de riachuelos. Hay varias
colpas, que son los bebederos naturales de animales silvestres.
Los propietarios
han dado a conocer al vecindario y autoridades, que el bosque familiar es intangible,
que está prohibido el ingreso a personas ajenas y que está prohibida la caza de
los animales silvestres.
Padres e hijos
eventualmente hacen sus recorridos por el interior del bosque a modo de gozo
espiritual; pues, el campo magnético del interior del bosque, llena de paz el
corazón del hombre, además de inundar de oxígeno el pulmón. Sin embargo,
observar la vida natural de los animales silvestres, como el baño de los
sajinos en la colpa, el volar cadencioso de la pucacunga, hace sentir como la
vida en el Edén.
Así, los padres que
ahora visten canas, deciden sostener diálogo con los hijos adultos. Lo
rescatable es la decisión firme de
los tres: “El bosque familiar sigue siendo intangible, indivisible para
nosotros; porque la riqueza vegetal no solo será nuestra, sumando
económicamente los pies tablares de los cientos de ishpingos, de caobas,
cedros, mohenas, así como hace y piensa cualquier mortal; sino, será también de
la comunidad aledaña, por el oxígeno que proporcionará en el tiempo. Además,
seguirá siendo la casa donde vivirán de manera natural los animales silvestres
como el sajino, el añuje, el picuro, la carachupa, las aves”. Los padres
concluyeron: “Es la decisión firme
de ustedes hijos, ya saben lo que hacen, nosotros los padres la respetamos”.
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