martes, 19 de marzo de 2013

Señor De la Caña, de Chiclín, recibirá homenaje de la Municipalidad Provincial de Trujillo


El Señor de la Caña, de Chiclín, será homenajeado por la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT) a su paso por el frontis de Palacio Municipal, cuando llegue por primera a nuestra ciudad, en peregrinación.

 En el homenaje, se le entregará la Medalla de la Ciudad y Diploma de Honor a una de las imágenes más queridas de la región y del pueblo trujillano, que además reúne alrededor de su festividad una serie de tradiciones culturales motivadas por la fe en sus milagros.

 “Esta imagen merece todo el reconocimiento de nosotros, como municipalidad, porque representamos a todos los trujillanos y porque sabemos que el Señor de la Caña es una parte importante de nuestra cultura y de la fe católica”, manifestó la regidora Juanita Aguilar Plasencia.

 El Señor de la Caña visita nuestra ciudad en peregrinación, como parte de las actividades que se llevarán a cabo por Semana Santa, con la intención de fortalecer esta celebración cristiana, con la presencia de la figura de mirada dulce y compasiva.

 La historia de esta imagen proviene del año 1891, cuando se destruyó la capilla que la albergaba en la hacienda Chiclín a causa de los fuertes aluviones de ese año, y el Señor de la Caña tuvo que ser trasladado hasta Trujillo, donde permaneció en la Iglesia de San Agustín hasta 1929, cuando retorna a su ciudad de origen por una casualidad, lo cual, al ser descubierto años después, fue tomado como milagroso.

 Se dice también, que el Señor de la Caña fue encontrado precisamente en un cañaveral por trabajadores que en ese mismo instante iban a proceder a quemar la chacra; pero, al ver que no había ignición alguna, lo tomaron como milagroso. Mayor fue la sorpresa cuando luego al revisar las cañas encontraron la efigie del santo patrón de Chiclín.

 Existe además una tercera historia de su origen, la cual se relaciona a la experiencia del hacendado Rafael Larco Herrera, quien venía de viaje en su avioneta; y al tener un desperfecto en pleno vuelo, el hacendado, a pesar de no ser religioso, ante el miedo y temor de morir rezó pidiendo que si se salvaba a partir de la fecha él se comprometía a hacerle una fiesta patronal. Tanto fue el ruego que la avioneta comenzó a tomar vuelo y recuperar su dirección. A partir de allí, se llevó a cabo la fiesta patronal de Chiclín en honor al Señor de la Caña, la que religiosamente se viene ejecutando todos los años en el mes de Junio.

Carlos Velásquez Sánchez

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