Luis Ordóñez
Las sinuosidades de la carretera Cuñumbuque Sisa hacen que el viaje en automóvil sea dinámico, expectante, hasta divertido. Sin embargo, pasando Zapatero, en el inicio de la trocha carrozable a Las Flores de Mamonaquihua, un pontón rompe la armonía de una obra monumental, no solo por el jugoso monto de la inversión, sino por la majestuosidad de la construcción. El referido pontón (puente pequeño) al parecer formaba parte de la antigua carretera afirmada ¿Y qué hace un parche nuevo en una ropa vieja? Quizá pasaría desapercibido si es que el pontón reuniría las características técnicas mínimas para mantenerse entornillado donde no debería estar.
El auto avanzaba a alta velocidad, por que la pista nueva le inducía al joven conductor (empujado por la impetuosidad de sus células en desarrollo) , cuando al pasar la curva, donde no había ninguna señal con la debida anticipación, se encuentra con otro vehículo similar que ya se encontraba ingresando el puente. Nuestro conductor, tenía dos alternativas: lanzarse al fondo de la zanja o acudir a la prueba de los frenos. En efecto, los frenos respondieron con el acompañamiento de chirridos que se ven en las películas de acción. El auto prácticamente terminó besando el extremo de la baranda del pontón, balanceándose en vaivén. La linda mujer que estaba de pasajera nos ensordeció con su fuerte y vibrante grito. Los demás, terminamos mirándonos con las caras pálidas.
Los comentarios no se hicieron esperar: “se ha invertido dice mas de ciento diez millones de soles en creo cincuenta kilómetros y ¿no se pudo hacer este pontón?” “O sea esta obra costó mas de un millón y medio por kilómetro; pero ¿la carretera marginal no costó solo un millón de nuevos soles por kilómetro?” “En realidad nos falta una buena y real información a los pobladores de la región” ¿A qué genio se le puede ocurrir dejar un pontón de una sola vía en una carretera asfaltada de alta velocidad de tras de una curva no visible? ¿No existirán situaciones oscuras detrás de esta obra muy bonita, que merecería una auditoría, para que la población sanmartinense siga confiando en sus autoridades?
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