miércoles, 14 de septiembre de 2016

DRAMA DE LA IZQUIERDA PERUANA


Por Reinhard Seifert
Alguna vez la "izquierda unida" peruana en los años 80 estuvo compuesta por casi 50 "partidos”. Hoy, de estos, quedan apenas dos o tres o cuatro facciones. Tal vez, en las elecciones del 2021 se presentarán de nuevo cuatro o cinco grupos. El Frente Amplio (hoy también dividido entre Sembrar y Tierra y Libertad), Democracia Directa (hoy también dividido en MAS Democracia (vientre de alquiler de los hermanos Alcántara) y MAS (Patria Roja), después está Perú Libertario y Partido Humanista. Algunos confunden en su ideario el socialismo con la socialdemocracia. Son conceptos e ideologías diferentes. Muchos dirigentes ni eso han logrado de entender! Y aun así hacen “política”! En algún momento hay que explicarles la diferencia.
Luego de compartir casi por 40 años los ideales de José Carlos Mariátegui, personalmente no entiendo hasta ahora porque no despegó un partido, basándose en sus ideales. Todos, pero todos  reclaman ser los únicos y auténticos herederos de él. Todos, pero todos de la izquierda — sin excepción—  lo asumen como un norte, un referente, un guía espiritual. Sin embargo, los de mayor influencia política y sindical todavía en el Perú (felizmente cada vez menos, los del SUTEP (pro – chino) y la CGTP (pro - ruso), están convencidos que solo hay tres modelos de política y económico de seguir: al chino, al ruso o al cubano. ¿Cuál de ellos? ¿Uds. los entienden?
No estoy de acuerdo con el colectivismo (idea central económica de la izquierda peruana y el cacareado post extractivismo de las ONG “ambientalistas”), porque en el Perú las cooperativas han fracasado. O,  la pregunta es: ¿Alguien quiere vivir en Cuba o Corea del Norte? Allí  rige el estatismo (capitalismo de Estado), donde el partido, el Estado y la economía es un todo. No hay espacio para la toma de decisiones democráticas, menos para elecciones. Y históricamente hablando, solo han habido dos hechos comprobables para que la izquierda llegue al poder: “Vía la violencia o vía las  elecciones”. No hubo otro camino.
Aquí van mis modestas apreciaciones sobre la izquierda peruana:
La izquierda peruana — cualquier vertiente— debe
1) entender ¿por qué cayó el muro de Berlín?,
2) hacer un deslinde decisivo con los terroristas (SL y MRTA),
3) discutir seriamente el tema del Estado, dentro de una economía equitativa de mercado (variable ambiental), o sea implementar las reformas de él y finalmente
4) forjar un partido alrededor de la democracia interna y no de cúpulas.
Soy práctico y pragmático y no creo en el andar de alguna gente de "izquierda”. Hay un problema de fondo con la conducta de muchos “dirigentes”. Estoy convencido que algunos tienen serios problemas de autoestima y sicológicos. De otro modo, no me explico su comportamiento destructivo.
El drama de la izquierda peruana es que a lo largo de los últimos 40 o 50 años, (el 3 de octubre de 1968 –golpe militar de Velasco-marca la línea roja), ha construido la idea de la unidad. Ésta ha calado profundo en el imaginario del pueblo peruano. Sin embargo, cada vez que hay elecciones aparece la división y las cúpulas, que deciden. En el futuro —yo ya no esté en este mundo— hay que definir claramente que hará la izquierda con el mercado, el Estado y qué tipo de partido piensa construir, alrededor de la democracia. Si la derecha está dividida, ¿por qué la izquierda —por ahora— tiene que estar unida? El próximo proceso electoral  2021 existirán cuatro  o cinco grupos o movimientos de izquierda (con inscripción legal ante el JNE) y si quieren sobrevivir cualquiera de estos- tienen  que pasar la valla electoral del 5%. El pueblo te castiga o el pueblo te premia. Esto es el veredicto popular de fondo.


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