lunes, 31 de marzo de 2014

LÍDERES ENDIOSADOS

Luis Ordóñez

Quizá la denominación no sea la correcta, porque Dios es único. Jamás un líder humano puede ser considerado como tal; pues, solo Jesucristo fue Dios hecho hombre, a expresa voluntad del Padre. El hecho que un líder humano reciba la simpatía de mucha gente, por su buena conducta, por sus buenas obras, por la ecuanimidad en su comportamiento, no significa que sea Dios. El hecho que un líder haya sido renovado en un cargo público, no significa que es el indispensable y que nadie más podría cumplir la misma función.

Existen casos en diferentes partes del mundo: Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia. También existen casos en Perú: Presidentes Velasco, Fujimori. También en gobiernos regionales y locales.

En el caso de un gobierno democrático, el candidato generalmente de auto denominación izquierdista, ni menciona de su malsana intención de re elección inmediata. En cuanto asume el cargo presidencial, lo primero que hace es tratar de torcer la Carta Magna para facilitarle el camino a una reelección, como si el pueblo ha votado mayoritariamente para esa función ¿Cómo va votar el pueblo para algo que el candidato no mencionó en la campaña, y además contraviene a la Ley de Leyes? Sin embargo, el reciente Presidente no solo anuncia sino mueve todas las tretas para conseguir el objetivo. La siguiente fase es adecuar las demás normas legales y rodearse de funcionarios obligados a cumplir con la meta. El proceso electoral siguiente está lleno de maña, dirigido, donde la democracia solo sirve de envoltura. No se dice situaciones subjetivas, pues, todo el mundo acaba de ver el último proceso de Venezuela y ahora está ocurriendo una fuerte crisis social, debido precisamente a ésta mala forma de trabajo político.

Empero, esta forma de endiosamiento del líder no se da en otras esferas mundiales, también se da en las provincias y en las regiones. Hay un líder que en el entorno jurisdiccional ha caído bien, por un tiempo. Esa buena experiencia no le da licencia a endiosarse. El hecho de llegar a tocar la cima de la popularidad, de alcanzar la empatía de la mayoría de la población, debe hacerle reflexionar que debe dejar de insistir en lo mismo, para que la gente guarde en su memoria esa victoriosa experiencia, de buen hombre, de gran líder. Eso significa, sobreponerse y vencer el ego equivocado de endiosamiento y dar paso a nuevos líderes.

Las viejas tretas y caprichosas leguleyadas, no hacen nada bien a la organización política y dejan mal parado al líder. Nadie lo dice, pero, así piensa la mayoría de la población de la jurisdicción. Es bueno que el líder abra los ojos al pueblo y que escuche al poblador más lejano, más humilde. No está bien que el líder se deje llevar por las voces de los que están a su lado siempre, porque ellas hablan de sus propios intereses personales y familiares y no expresan necesariamente el sentimiento mayoritario. Con toda seguridad, la voluntad de la mayoría es que el líder se ponga a un costado y dé paso a nuevos líderes; pero, sin condicionamientos caprichosos. 

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