No se refiere a
mediocridad. Si bien el hombre es el jefe de la casa, del hogar, de la familia,
no significa que la esposa y los hijos deben obedecer sus fantasmagóricos
caprichos .No, no. La comunicación en el hogar es un instrumento indispensable,
para que la empresa hogar, cumpla su cometido. Existen jefes del hogar, de
diferente condición económica y social, cuyos comportamientos obedecen códigos
genéticos de cinco o diez generaciones pasadas. E incluso, las mamás y las
abuelitas, son cómplices mudas. Este machismo innecesario dibuja en cuerpo
entero su personalidad, fundamentalmente en lo referente a las limitaciones
intelectuales y el bajo nivel cultural. ¿Cómo orienta a sus hijos un padre de
éstas características? Las consecuencias de éste comportamiento machista, son
las conductas sumisas de los integrantes de la familia, con severas
restricciones de la libertad personal y las barreras que se presentan al
momento de interactuar en la sociedad.
Por su parte, el comportamiento
altivo de la jefa, de la esposa, tampoco conduce a buen puerto. Existen
experiencias donde la esposa, toma decisiones a nombre de la familia de manera
unilateral, sin el conocimiento del esposo y mucho menos de los hijos. Existe
el caso de un gobernante, que hace lo que la esposa le ordena. Toma decisiones
calculadoras, acorde a sus conveniencias, y ordena al esposo ejecutarlas. Por
supuesto que estas actitudes son repudiadas por la población; pues, el pueblo
eligió al esposo y no a ella, aunque de por medio brille su hermosura natural,
que a buena cuenta, es otro tema.
La pareja se une por el
mandato de Dios, quien ha enviado estructuras corpóreas compatibles y feromonas
químicas, que enlazan a las dos personas ¿Para qué? Para cumplir con la obligación
de perpetuar la especie humana, así como hacen los animales y las plantas. El
hombre y la mujer se unen por propia voluntad, para compartir sus vidas, tener
hijos y formarlos integralmente. La pareja se une ante Dios y ante la sociedad.
Esta unidad es una empresa conyugal, que tiene como gerentes al papá y la mamá.
Las dos personas son las responsables de llevar la empresa por buen
rumbo; es decir, económicamente sostenible, con hijos que estudian hasta
concluir con su formación profesional, con alimentación adecuada, con
vestimenta, casa; sobre todo, con una formación religiosa firme. Dios es el eje
principal de un buen hogar. Por tanto, la conducción de un buen hogar debe
hacerse por los dos gerentes, eso significa conversar, coordinar, concertar. De
ninguna manera es buena la decisión unilateral de uno de los gerentes. Por eso,
ni machismo ni feminismo, sino, los dos integrales de la familia.
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