martes, 9 de noviembre de 2010

EL DIRECTOR Y EL FUNCIONARIO


Luis Ordóñez

Luego de la ceremonia de entrega de cargo, el Director va al ambiente que será su oficina. Luego del saludo al personal, la secretaria le informa: “le está esperando un funcionario de la gerencia X del Gobierno Regional, en el otro ambiente” ¿Así? ¿Sobre qué?; ¿No sé? Es la instancia superior. En efecto, el “funcionario” es un joven profesional, de veintiocho años, acompañado de una jovencita muy agraciada. Saluda en nombre del Gerente X y que por su encargo le informa sobre la ejecución de un proyecto “por su dirección”. El funcionario explica los componentes, objetivos y presupuesto del proyecto; además, agrega, “aquí está la Ingeniera tal, quién comenzará a trabajar en este proyecto”. Dime usted, responde el Director, azorado por la ocurrencia, “¿los fondos de este proyecto ya están en la cuenta de esta Dirección?” “No, aún no, precisamente en estos días vamos a depositar los primeros fondos” ¿Y cómo si no hay fondos vamos a contratar personal? “Es que es la disposición del Gerente X, y usted sabrá Director, que él es hombre de confianza del Presidente”. “Ah, discúlpame usted, podrá entenderme, que ni siquiera ingresé a mi despacho, no he revisado el actual organigrama de la institución, ni el movimiento económico, ni nada, como ve, acabo de llegar; pero, no se puede tomar personal así no más, contra las normas establecidas, aún ordene el Gerente X. En todo caso, luego estaremos conversando” “Pero, como, no puede ser, no puede desobedecer la disposición del Gerente X”, respondió sorprendido el funcionario. El mencionado proyecto, no estaba terminado, ni impreso. “¿Dónde está el proyecto?”, preguntó el Director. “Está en mi máquina, solo falta imprimirlo”, fue la respuesta. Pasaron los días, las llamadas del funcionario fueron seguidas, insistiendo para dar posesión de cargo a la joven Ingeniera.
Pasaron varias semanas y el proyecto no se imprimía. Ahora la presión era del Director, para que el proyecto se presente en blanco y negro por el proyectista. Pasaron las semanas y el famoso proyecto no se presentaba. Paralelamente, la insistencia de trabajo de la Ingeniera y otros trabajadores era fatal. El funcionario no cesaba de llamar y de visitar con la intención de que el Director de posesión de cargo.
Al fin, el funcionario presenta el proyecto, en vivo, sin documento. El Director da una ojeada y el proyecto carece de planos, de presupuesto, de cronograma. En fin, era una impresión, al parecer de un proyecto hecho a “machetazos”. “Es que los planos los está haciendo el arquitecto, ya terminará en cualquier momento”, fue la respuesta del funcionario.
Así a remiendos se hizo realidad el inicio del proyecto después de varios meses. De pronto, un íntimo amigo del Gerente X, un genio agro industrial, presenta una carta al Presidente, indicando que tiene a dos genios de Chiclayo, para que trabajen en este proyecto. “Pero, no está presupuestado”, fue la respuesta del Director a la insistente llamada del Gerente X. Al rato llegó el funcionario para modificar en cuatro paredes el plan operativo y el contenido del proyecto original. “Tiene que darse trabajo a los recomendados del genio agroindustrial, si o sí”, fue la orden del Gerente X, dice, bajo estricta coordinación con el presidente.
En fin, los recursos del estado muchas veces son orientados a satisfacer caprichos de personas que poco o nada contribuyen al desarrollo nacional, quizá, por que no llevan el sentimiento de cariño por nuestra tierra querida.

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