Reseña Histórica de la Fiesta del “Señor de la Caña”
En el año
1891, se destruyó la capilla de la hacienda Chiclín a consecuencia de los
fuertes aluviones de aquel año. Los propietarios de entonces, Sres. De los Ríos
Pinillos, hicieron transportar las imágenes religiosas a Trujillo ya que la
destrucción de la capilla había sido casi total. En el año 1929 la fe cristiana
que había vivido siempre en los corazones de los habitantes del pueblo de
Chiclín, se hizo sentir pujante y robusta en un anhelo de volver a erigir un
templo en el pudieran rendir culto a Dios Todopoderoso.
El Sr. Rafael Larco Hoyle, pensó que la capilla debería dedicarse al antiguo patrón de la hacienda y reuniendo información llegó a saber que éste había sido el Dios del cielo y de la tierra, en la advocación del “Señor de la caña”.
En una de sus vivitas al convento de San Agustín de Trujillo, observó que al mover algunos escombros, el padre Arroyo había encontrado varias imágenes entre las cuales le había causado gran impresión una que representaba a nuestro “Señor de la Caña”, de mirada dulce y compasiva; decidió entrevistarse nuevamente con el padre Arroyo para solicitarle la adquisición de la imagen. Traída a Chiclín y construida la primera capilla, la imagen permaneció guardada muchos años sin colocársela en el altar, ya que Don Rafael Larco la consideraba desproporcionada para el tamaño de la capilla.
El Sr. Rafael Larco Hoyle, pensó que la capilla debería dedicarse al antiguo patrón de la hacienda y reuniendo información llegó a saber que éste había sido el Dios del cielo y de la tierra, en la advocación del “Señor de la caña”.
En una de sus vivitas al convento de San Agustín de Trujillo, observó que al mover algunos escombros, el padre Arroyo había encontrado varias imágenes entre las cuales le había causado gran impresión una que representaba a nuestro “Señor de la Caña”, de mirada dulce y compasiva; decidió entrevistarse nuevamente con el padre Arroyo para solicitarle la adquisición de la imagen. Traída a Chiclín y construida la primera capilla, la imagen permaneció guardada muchos años sin colocársela en el altar, ya que Don Rafael Larco la consideraba desproporcionada para el tamaño de la capilla.
En 1931, los
hnos. Larco Hoyle decidieron colocar la imagen del Señor que tan bondadosamente
les había obsequiado el padre Arroyo y aprovechando la visita de la Sra. María
Larco de Dogni y su hijo Carlos Dogni Larco, se bendijo la capilla el 9 de agosto
de 1931, siendo ellos los padrinos.
A los 2 meses de este acontecimiento, el padre Arroyo en una visita que hiciera a la Srta. Virginia De los Ríos Pinillos, hija de los antiguos dueños de la Hacienda Chiclín, le comentó que se había elegido como patrón a una imagen que por muchos años había estado abandonada en San Agustín de Trujillo. Cual no sería su sorpresa, cuando la Srta. Virginia, le dijo que el Señor que había obsequiado era el original “Señor de la Caña”, Patrón de Chiclín que en el año 1891 había sido enviado con otras imágenes al templo de San Agustín.
Del relato que antecede se deduce que como por inspiración divina, volvió a Chiclín la milagrosa imagen de nuestro “Señor de la Caña” para quedarse y ser venerada por su pueblo.
A los 2 meses de este acontecimiento, el padre Arroyo en una visita que hiciera a la Srta. Virginia De los Ríos Pinillos, hija de los antiguos dueños de la Hacienda Chiclín, le comentó que se había elegido como patrón a una imagen que por muchos años había estado abandonada en San Agustín de Trujillo. Cual no sería su sorpresa, cuando la Srta. Virginia, le dijo que el Señor que había obsequiado era el original “Señor de la Caña”, Patrón de Chiclín que en el año 1891 había sido enviado con otras imágenes al templo de San Agustín.
Del relato que antecede se deduce que como por inspiración divina, volvió a Chiclín la milagrosa imagen de nuestro “Señor de la Caña” para quedarse y ser venerada por su pueblo.
Constituida
la festividad religiosa en honor al “Señor de la Caña” en el año 1932 por Don
Rafael Larco y habiéndose hecho cargo por 5 años, era necesario encargar las
celebraciones a una institución que, a la vez, asumiera la administración de
estos oficios, se abocara a preparar los
recursos materiales y espirituales que una fiesta patronal de esta magnitud requería, manteniendo las costumbres de los
pueblos más antiguos dispersos en la costa, sierra y selva del país. Es así
como Don Rafael Larco Hoyle funda el 20 de Diciembre de 1937, la Hermandad del
“Señor de la Caña”, auxiliado por la congregación de Padres Carmelitas de
Chocope, esta institución a lo largo de 77 años ha mantenido un dinamismo
sorprendente, constituido por personas respetables que han sabido plasmar el
fervor religioso de nuestro pueblo.
Carlos
Velásquez Sánchez
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