Por Internet, me enteré del
fallecimiento de don Alfredo Mesías Veintemilla, el día domingo 10 de junio del
año 2012, a las cuatro de la mañana, a la edad de 83 años, en la ciudad de Lima
donde venía radicando, al lado de sus hijos, seguramente de Lola del que mas me
acuerdo, por que juntos estamos en el Colegio Nacional Mixto Antonio Raimondi,
aunque ella estaba en la sección B de puara mujeres, en Saposoa.
Don Alfredo Mesías, era uno de esos
personajes que irradiaba comunicación con los niños y los jóvenes, conmigo
existía una relación desde mi niñez hasta mi juventud, comerciante y
transportista era su rubro de trabajo, cuantas veces mi madre me mandaba hacer
compras en sus tiendas, y don Alfredo tenía un gran sentido del humor, hola
varón me decía, no hay tiendas al otro lado, o te gusta venir hasta acá, ven
nomás me decía.
Era muy amante del deporte, fue Presidente
del Gladiador, un club de gran jerarquía en el lugar, como lo era el Loreto del
cual Yo era hincha, y el Club Atleti que ya no existen, cuando regresé del
Ejercito estuve a punto de jugar por su club en el campeonato de 1971, mi
venida a Lima no ha hecho posible jugar por ese Club.
En 1975, después de cuatro años que estuve
en Lima, Salí mi primera vacaciones de mi trabajo, en el Servicio Industrial de
la Marina, me fui a Saposoa, en la época todavía no había carreteras directo
hasta allá, el único medio era el avión, volé de Lima a Tara poto, del Aeropuerto
me fui al mercado central, uno para desayunar y otro para ir a buscar medio de
transporte para ir a Saposoa, lo encontré justo a don Alfredo Mesías, esperando
pasajeros y carga, en su ómnibus, un camión convertido en ómnibus que no tenía
amortiguadores, como nos hacía saltar en los baches, pobre nuestros riñones
decía la gente.
Al verme, al toque me conoció, hola varón
me dijo, de dónde vienes, de Lima le contesté, ¿en ese avión que ha llegado
recién has venido? Si le dije, te vas a Saposoa, si, suba entonces que ahorita
partimos, dejo mis cosas un momento en el carro que me voy a desayunar, está
bien pero no te demores, deberás como a las 11 de la mañana partimos, en el
camino, una tremenda lluviasa nos dio, poniéndole a la carretera en un barro
que el carro no podía ir a velocidad, felizmente cuando estamos llegando ya a
la punta de la subida, al frente de Machungo y Pilluana.
Para bajar, esa bajada hasta Buenos Aires,
¡que terrible con el barro de la carretera! El Huallaga estaba tremendo, don
Alfredo en el timón, despacio, cuantos padre nuestros habré rezado hasta llegar
a Buenos Aires, que felizmente llegamos sin novedad, de Tara poto salimos como
a las 11 de la mañana y llegamos a Saposoa casi a las ocho de la noche, pero feliz
y contento por llegar a mi pueblo.
Por dos veces, don Alfredo Mesías me llevó
de Tara poto a Saposoa, él, casi no hacía ruta a Tara poto, mas hacía a
Juanjui, pero cuando tenía que arreglar a su carro si iba a Tara poto, lo que
aprovechaba para traer y llevar carga y pasajeros.
En la segunda vez que me llevó, en el
control de Pucacaca, la Policía quiso hacerme bajar del carro, seguramente para
una revisión de rutina, ya era en la década de los ochenta en todo el apogeo
del narcotráfico, don Alfredo Mesías salió en mi defensa, porque le van a
bajar al muchacho, él está viniendo de
Lima en vacaciones, le mostré mi carnet del Servicio Industrial de la Marina,
el Policía me pidió disculpas.
Carajo, me dijo don Alfredo, con eso nadie
te puede tocar, Yo que salía en tu defensa, más bien a mi así, me hubieran
metido adentro, causando la risa de los pasajeros, conversando de futbol, le
conté que estaba a punto de jugar por su Club, llevado por Armando Solís
Sicaco, juntos con Eutimio Ríos, Kelly Soto, Basilio Cometivos Caro mi Primo hermano, así me dijo,
pero yo no me acuerdo a verte visto patear ni pelota de trapo, causando en
ambos una tremenda risotada.
Don
Alfredo Mesías
Descansa
en paz
Y
que Dios te tenga
En
su gloria.
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