DE TODOS LOS MALES: LA MADRE ES LA CULPABLE POR SENTENCIA SOCIAL
Todos los años, el segundo Domingo de Mayo se celebra el Dìa de la Madre, ahì no falta los buenos deseos, las felicitaciones, los regalos, las reuniones familiares, los almuerzos, las cenas, los brindis van y vienen y cuando el estòmago desea ser atendido se escucha: ¡Viva el Dìa de la Madre!, màs al poco momento otros gritos: ¡Vieja ya està el almuerzo! Y la respuesta no se deja esperar: ¡Falta poco viejo! ò ¡Falta poco hijo!.
La realidad nos dice que son pocos los esposos, los hijos y las hijas que lleven a su madre a un restaurant, a un recreo, a una peña a almorzar: porque no decir que se acuerden durante todo un año es pedir un imposible, pero si nos profundizamos un poquito màs sobre la conducta social de los hijos, llegamos a debatir, llegamos a preguntarnos a quièn se le echa la culpa del mal comportamiento de los hijos, de las malas y bajas notas en los centros educativos, del enamorado de la hija que a veces ni siquiera cumple los 15 años, del embarazo de la hija, a quièn se le echa la culpa del hijo violador, del hijo asesino, del hijo delincuente, del hijo estafador, desde un humilde ladròn de gallinas hasta un ladròn pituco o político de cuello y corbata, o un funcionario estatal: se le echa la culpa a la Madre.
Hasta el propio padre le increpa a la esposa o a la conviviente: ese es tu hijo, mira como lo educaste; y no se cuenta èl, donde andaba el como padre, en bares y con aventuras femeninas (chucumas) donde se compra el amor y el sexo y por lògica ya no existe dinero para la familia que comen el hambre de su pobreza producto de la irresponsabilidad paternal, que nunca quieren reconocer y no hacen un mea culpa y pòr el contrario el padre llegaba al hogar a gritar, a golpear a su mujer y a sus hijos en vez de dejar el dinero y brindar el cariño y comprensión.
Tampoco habìa diàlogo y la vida en el hogar era un tormento del cual huyeron los hijos y se dedicaron las mujeres a destruir su cuerpo y sus valores en la pràctica de la prostituciòn y los hijos que destruyen los principios morales cuando atacan a los màs inocentes porque no distinguen en borracheras, en su locura a sus enemigos; todo por el maltrato que recibieron en el hogar o por una decepciòn que no la supieron superar porque no estaban formados para ello.
Entonces, nos quedan las interrogantes sueltas, quines son los causantes de la homosexualidad, de las violaciones a los menores y a las mujeres hermosas e inocentes, quienes forjan los narcoterroristas que buscan “la justicia” y como si fuera poco las nueras y los yernos tambièn le echan la culpa a la madre de sus problemas en sus hogares.
La Madre con su trabajo, amor y ternura hacia sus hijos, no pueden luchar contra las agresiones y abandono del padre o padrastro, pero como estamos en una Sociedad Machista, toda la culpa se le echa a la pobre Madre, que es la que nunca abandona a sus hijos, la Madre carga la cruz del desprecio de la Sociedad por el hijo o la hija que rompe la Ley.
En el Dìa de la Madre hagamos el compromiso de trabajar en bien de nuestro Hogar y del Paìs entero y solo asì gritaremos concientemente todos los días: ¡FELIZ DIA DE LA MADRE!
Carlos Velásquez Sànchez
Todos los años, el segundo Domingo de Mayo se celebra el Dìa de la Madre, ahì no falta los buenos deseos, las felicitaciones, los regalos, las reuniones familiares, los almuerzos, las cenas, los brindis van y vienen y cuando el estòmago desea ser atendido se escucha: ¡Viva el Dìa de la Madre!, màs al poco momento otros gritos: ¡Vieja ya està el almuerzo! Y la respuesta no se deja esperar: ¡Falta poco viejo! ò ¡Falta poco hijo!.
La realidad nos dice que son pocos los esposos, los hijos y las hijas que lleven a su madre a un restaurant, a un recreo, a una peña a almorzar: porque no decir que se acuerden durante todo un año es pedir un imposible, pero si nos profundizamos un poquito màs sobre la conducta social de los hijos, llegamos a debatir, llegamos a preguntarnos a quièn se le echa la culpa del mal comportamiento de los hijos, de las malas y bajas notas en los centros educativos, del enamorado de la hija que a veces ni siquiera cumple los 15 años, del embarazo de la hija, a quièn se le echa la culpa del hijo violador, del hijo asesino, del hijo delincuente, del hijo estafador, desde un humilde ladròn de gallinas hasta un ladròn pituco o político de cuello y corbata, o un funcionario estatal: se le echa la culpa a la Madre.
Hasta el propio padre le increpa a la esposa o a la conviviente: ese es tu hijo, mira como lo educaste; y no se cuenta èl, donde andaba el como padre, en bares y con aventuras femeninas (chucumas) donde se compra el amor y el sexo y por lògica ya no existe dinero para la familia que comen el hambre de su pobreza producto de la irresponsabilidad paternal, que nunca quieren reconocer y no hacen un mea culpa y pòr el contrario el padre llegaba al hogar a gritar, a golpear a su mujer y a sus hijos en vez de dejar el dinero y brindar el cariño y comprensión.
Tampoco habìa diàlogo y la vida en el hogar era un tormento del cual huyeron los hijos y se dedicaron las mujeres a destruir su cuerpo y sus valores en la pràctica de la prostituciòn y los hijos que destruyen los principios morales cuando atacan a los màs inocentes porque no distinguen en borracheras, en su locura a sus enemigos; todo por el maltrato que recibieron en el hogar o por una decepciòn que no la supieron superar porque no estaban formados para ello.
Entonces, nos quedan las interrogantes sueltas, quines son los causantes de la homosexualidad, de las violaciones a los menores y a las mujeres hermosas e inocentes, quienes forjan los narcoterroristas que buscan “la justicia” y como si fuera poco las nueras y los yernos tambièn le echan la culpa a la madre de sus problemas en sus hogares.
La Madre con su trabajo, amor y ternura hacia sus hijos, no pueden luchar contra las agresiones y abandono del padre o padrastro, pero como estamos en una Sociedad Machista, toda la culpa se le echa a la pobre Madre, que es la que nunca abandona a sus hijos, la Madre carga la cruz del desprecio de la Sociedad por el hijo o la hija que rompe la Ley.
En el Dìa de la Madre hagamos el compromiso de trabajar en bien de nuestro Hogar y del Paìs entero y solo asì gritaremos concientemente todos los días: ¡FELIZ DIA DE LA MADRE!
Carlos Velásquez Sànchez
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